Donald Trump oficializó este martes el tradicional indulto anual a un pavo -que se libró de acabar el jueves en la mesa de la cena de Acción de Gracias-, y evitó nuevamente admitir su derrota frente a Joe Biden.
La ceremonia anual en donde se le perdona la vida a uno de los 45 millones de pavos que se cocinan para la cena de Acción de Gracias en Estados Unidos contó con un Trump relajado.
“Qué pájaro”, le dijo al gran pavo blanco llamado Corn y señaló que el Día de Acción de Gracias es un “día especial para los pavos” aunque “en su mayor parte, no es muy bueno”. Esta tradición de indulto en general no es más que una peculiar sesión fotográfica.
Pero el indulto de este año llegó, sin embargo, en mitad del rechazo sin precedentes de Trump a aceptar su derrota en las elecciones presidenciales ante el demócrata Joe Biden.
Este martes, el presidente volvió a retuitear una foto suya en la que se le ve desafiante sobre el escritorio del Despacho Oval, con la leyenda: “No concedo nada”.
Esta vez, los periodistas estudiaron detenidamente cada sílaba, preguntándose si Trump finalmente concedería la elección. Pero no hubo ninguna concesión, ni tampoco pistas.
Trump apareció después junto al vicepresidente, Mike Pence, en la sala de prensa, pero fue solo para emitir una declaración sobre los máximos históricos en el mercado de valores de Estados Unidos. Luego se fue sin responder preguntas.
El evento que se celebró en el Jardín de Rosas de la Casa Blanca ha sido una de las pocas ocasiones en las que se ha podido ver a Trump en un acto oficial desde su derrota del 3 de noviembre.
Sus salidas a jugar al golf han sido más frecuentes que sus eventos públicos, mientras invertía la mayoría del tiempo en intentar sin éxito revertir los resultados de la elección. Muchos mandatarios salientes intensifican el uso del perdón presidencial mientras hacen las maletas de la Casa Blanca.
Suele tratarse de muestras de misericordia poco controvertidas o intentos de promocionar la reconciliación nacional, como las amnistías concedidas por los presidentes Gerald Ford y Jimmy Carter para los estadounidenses que se saltaron el servicio militar obligatorio de la Guerra de Vietnam.
Antes de dejar Washington, se espera que Trump amplíe sus indultos a presos que recibieron sentencias muy duras de cárcel por crímenes relativamente menores relacionados con las drogas desde la década de 1990.
Pero el presidente republicano ha sospesado también la posibilidad de optar por opciones más controvertidas como otorgar perdones a amigos o incluso a personas que han sido sentenciadas por delitos relaciones con su administración.