El domingo por la noche, una familia compuesta por el padre, la madre y los dos hijos de la pareja –un chico de 14 y una chica de 15 años- se encontraba en la sala de estar de la vivienda. Alguien llamó a la puerta y cuando la mujer abrió para ver quién era, tres delincuentes ingresaron a la casa empujando a Johana hacia adentro.
Tras esta maniobra violenta, los ladrones amenazaron a punta de pistola a los cuatro integrantes de la familia y luego los ataron. Acto seguido, procedieron a tomar todo lo que tuvieron a su alcance: joyas, objetos de valor, dinero por un monto de 100 mil pesos mexicanos, entre otras pertenencias.
Pero los malvivientes no se percataron que la adolescente se había soltado y huyó para pedir ayuda. A los pocos minutos varios vecinos acudieron al domicilio y dos delincuentes alcanzaron a escapar, pero el tercero cayó en manos de las personas que habían acudido en auxilio de la familia y le dieron una feroz golpiza que lo dejó inconsciente sobre la calle. Entre sus pertenencias tenía una réplica de un arma.
La intervención de la policía y la confirmación de la muerte
Tras el robo y los incidentes con el ladrón la policía arribó al lugar y se encontró con el sospechoso tendido sobre el suelo y sin reacción. No poseía ningún tipo de identificación y procedieron a pedir la intervención del servicio de emergencia, que a su llegada solo constató el deceso del criminal.
En tanto, el Ministerio Público inició un expediente bajo a carátula de homicidio doloso contra el fallecido.