Sherman Hirsch, un hombre de Nebraska de 89 años, lleva donando plaquetas a la Cruz Roja de su localidad desde la década de 1990. Desde su primera visita, Hirsch ha donado sangre en más de 700 ocasiones.
Su labor comenzó a principios de la década de 1990 cuando fue captado por alguien de la Cruz Roja que le habló sobre la donación de sangre y plaquetas y decidió intentarlo porque vio en ese gesto la oportunidad de ayudar a otras personas, tal y como confesó el hombre en unas declaraciones para Good Morning America.
Por aquel entonces, Hirsch trabajaba como profesor y empezó a ir dos veces al mes después de su jornada laboral. Después, cuando se jubiló, en el año 1995, comenzó a ir todos los lunes por la mañana para donar sus plaquetas, un proceso que tarta tres horas en llevarse a cabo.
Según la Cruz Roja, las plaquetas son las células de la sangre encargadas de la coagulación. Las plaquetas son de vital importancia para muchos pacientes con problemas de coagulación (anemia aplásica, leucemia) o cáncer, y los pacientes que van a recibir un trasplante de órganos o una operación quirúrgica importante.
Las plaquetas solo pueden guardarse durante 5 días después de ser recogidas, por lo que mantener un suministro de este tipo con tan corta vida útil que puede salvar vidas, es un gran reto.
A sabiendas de ello, Sherman Hirsch aprovechó para dedicar unas palabras de ánimo para aquellas personas que estén interesadas en este tipo de donaciones: “Ciertamente animaría a cualquiera a hacerlo”, dijo Hirsch. “Si no tienes mucho tiempo, al menos puedes ir cada ocho semanas y donar sangre”.