Un poderoso terremoto de magnitud superior a 7 sacudió a Taiwán, dejando a su paso una estela de destrucción con edificios colapsados, vehículos aplastados y el temor generalizado entre la población. Las autoridades reportaron al menos nueve muertos y más de 800 heridos, mientras se descartaban alertas de tsunami en la región.
Las imágenes captadas por testigos muestran el momento en que los habitantes abandonan sus vehículos mientras los edificios se desploman a su alrededor.
El terremoto, catalogado como el más intenso en 25 años en la isla, ha desatado un operativo de rescate y asistencia, con el ejército desplegado para brindar apoyo en las labores de emergencia.
En un escenario desolador, Taiwán se vio sacudida por un violento terremoto que ha dejado un saldo trágico y conmocionado a toda la nación. El epicentro del sismo, de magnitud 7,4 según el Servicio Geológico de Estados Unidos, se ubicó cerca de la ciudad de Hualien, en el este de la isla, desencadenando una serie de eventos catastróficos.
Las impactantes imágenes muestran cómo los vehículos quedan atrapados bajo rocas gigantes que ruedan por las colinas hacia las autopistas. El caos y el pánico se apoderaron de las calles mientras los habitantes intentaban ponerse a salvo.
El cuerpo de bomberos reportó al menos nueve personas fallecidas y más de 800 heridos, la mayoría de ellos en el condado de Hualien, el área más afectada por el sismo. Testimonios de sobrevivientes describen escenas de terror, con objetos cayendo y estructuras temblando violentamente.
El presidente de Taiwán, Tsai Ing-wen, instó a la coordinación entre las agencias locales y centrales, anunciando que el ejército brindaría apoyo en las labores de rescate y asistencia. Equipos de emergencia se desplegaron en la zona para retirar escombros y liberar las vías bloqueadas por rocas y escombros.
A pesar de la magnitud del desastre, las estrictas normativas de construcción y la conciencia social sobre los terremotos parecen haber contribuido a evitar una catástrofe aún mayor. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica, con el temor latente de réplicas y la urgencia de rescatar a posibles sobrevivientes atrapados bajo los escombros.