Un familiar de un periodista que trabajaba en la famosa cadena alemana Deutsche Welle fue asesinado a tiros por un grupo de talibanes. El hombre era buscado por el grupo en Afganistán.
Los talibanes iban puerta a puerta buscando a sus victimas. En esa situación, un pariente resultó herido y otros lograron huir.
Peter Limbourg, director de DW, emitió un comunicado donde expresaba: “El asesinato de un familiar de uno de nuestros editores a manos de los talibanes ayer (jueves) es increíblemente trágico e ilustra el grave peligro en el que se encuentran todos nuestros empleados y sus familias en Afganistán”.
Al anterior mensaje agregó con firmeza que os talibanes han organizado operaciones para encontrar y atacar a periodistas. “El tiempo se acaba” dijo.
Según la cadena de medios de comunicación, el movimiento militar allanó al menos tres domicilios donde viven sus periodistas. Debido a esta situación, la cadena se juntó con otros medios a modo de reclamo por ayuda urgente para su personal.
¿Palabras falsas y promesas incumplidas?
Tras la llegada al poder, los talibanes intentaron convencer al mundo, especialmente a los afganos, de que no buscan venganza y quieren reconciliarse. Asimismo, prometieron respeto a la prensa como también el perdón a sus opositores.
Además, expusieron garantía de no ejercer el poder como en el periodo 1996-2001. Es decir, no penalizarían a las mujeres ni darían castigos brutales.
A pesar de esto, la Organización de las Naciones Unidas afirmó que existe un documento en donde se afirma que se ha identificado la búsqueda “casa por casa” de personas que alguna vez trabajaron en OTAN o las fuerzas estadounidenses.
“Toman por objetivo a las familias de quienes se niegan a entregarse y las castigan basándose en la sharia” declaró el director del Centro noruego de análisis globales a la cadena de noticias AFP.
“Tememos que las personas que han trabajado para las fuerzas estadounidenses, la OTAN y sus aliados así como sus familias, sean torturadas o ejecutadas”, finalizó.