En las calles de Jartum y las vecinas Jartum Norte y Um Durman, los manifestantes corearon: “La revolución es una revolución del pueblo, el poder es el poder del pueblo y el Ejército pertenece a los cuarteles”, entre otros eslóganes en contra la asonada de los militares del 25 de octubre, cuando disolvieron los órganos políticos de la transición iniciada tras el fin de la dictadura de Omar al Bashir en 2019.
La Policía utilizó gas lacrimógeno en Um Durman para dispersar a los manifestantes, pero la represión y el despliegue de seguridad no fue tan intenso como en las pasadas jornadas de protestas contra el golpe de Estado, en las que murieron más de 40 personas, muchas de ellas por impacto de bala, según el independiente Comité de Médicos de Sudán.
Por primera vez, las autoridades no cerraron los puentes sobre el río Nilo que unen las dos localidades próximas a la capital. En otras regiones del país, la fuerzas de seguridad sí emplearon gases lacrimógenos y los llamados comités de resistencia, que organizan las protestas a nivel local, denunciaron el uso excesivo de la fuerza, pero de momento no se ha informado de ninguna víctima.
Esta es la segunda convocatoria de protestas contra el acuerdo alcanzado el domingo entre los militares y algunos grupos civiles para restituir en el cargo de primer ministro a Hamdok, un pacto que ha sido rechazado por la principal alianza civil que formaba parte del anterior Gobierno pactado con los generales para la transición a la democracia.
Esa transición se vio interrumpida el día 25 de octubre, por un golpe de Estado militar en las que los generales disolvieron las instituciones transitorias, incluido el Gobierno de Hamdok, que estuvo en arresto domiciliario hasta el pasado domingo