Los enfrentamientos entre el ejército de Sudán y los paramilitares, que se disputan el poder tras el golpe de 2021, dejaron al menos 56 civiles muertos y cientos de heridos desde que estallaron el sábado.
“El número total de muertes entre civiles alcanzó 56″, informó el Comité Central de Médicos de Sudán, señalando que había “decenas de muertes” entre las fuerzas de seguridad que no están incluidas en ese balance.
El comité agregó que contó unos 600 heridos, incluidos miembros de las fuerzas de seguridad, y que muchos no pudieron ser enviados a los hospitales debido a los combates.
La capital de Sudán, Jartum, se vio sacudida por varias explosiones y disparos el sábado por la noche, tras una jornada de combates callejeros y de ataques aéreos.
La violencia estalló tras semanas de tensiones entre el jefe del ejército, el general Abdel Fatah al Burhan, y su adjunto Mohamed Hamdan Daglo, comandante de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), un grupo paramilitar fuertemente armado que agrupa a exmilicianos de la guerra de Darfur.
Los dos bandos unieron sus fuerzas durante el golpe de Estado de 2021, que desató una crisis económica, social y política en el país. Pero los desacuerdos fueron creciendo con el tiempo y se centran ahora en el futuro de los paramilitares y su integración dentro de las Fuerzas Armadas.
Ambas partes culpan a la otra de las violencias y afirman controlar lugares clave de la capital.
Daglo, también conocido como “Hemedti”, anunció la toma del aeropuerto internacional de Jartúm y del palacio presidencial, pero el ejército asegura que los sigue controlando.
“Los disparos y las explosiones no paran”, declaró Ahmed Hamid, de 34 años, desde un suburbio del norte de Jartum, la capital.
“La situación es muy preocupante y no parece que vaya a calmarse pronto”, añadió Ahmed Seif, otro residente de Jartum. El hombre teme que su edificio haya sido alcanzado por los disparos, pero declaró que era demasiado peligroso salir a comprobarlo.
Preocupación en la comunidad internacional
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, advirtió a través de su portavoz que una “escalada en el conflicto tendrá un impacto devastador en los civiles y agravará aún más la ya precaria situación humanitaria del país”.
La Liga Árabe, a petición de Egipto y de Arabia Saudita, celebrará una reunión de emergencia este domingo para discutir la situación en Sudán.
También llegaron llamados de alto el fuego desde Estados Unidos, Rusia, Francia, Italia, Brasil, China, la Unión Africana, la Liga Árabe, la Unión Europea e, incluso, el ex primer ministro civil Abdalá Hamdok.
El papa Francisco, que dijo seguir los sucesos con “preocupación”, urgió a retomar el diálogo en el país.
Pero de momento, los dos generales no parecen dispuestos a dialogar. “Burhan, el criminal, debe rendirse”, declaró en una entrevista con la red emiratí Sky News Arabia, Hemedti,
El ejército, a su vez, publicó en su página de Facebook un “aviso de búsqueda” contra Hemedti. “Este criminal fugado está buscado por la justicia”, rezaba el mensaje, acompañado de un fotomontaje.
El último episodio de violencia se suma a la represión de las manifestaciones a favor de la democracia que han sacudido el país en los últimos 18 meses y dejaron más de 120 civiles muertos.