Un insólito hecho tuvo lugar en Río de Janeiro, Brasil, luego de que seis pacientes que se sometieron a trasplantes de órganos descubrieran que al salir del quirófano estaban infectados con el VIH (virus de inmunodeficiencia humana). Los afectados recibieron un riñón, un hígado o un corazón provenientes de dos donantes diferentes, ambos seropositivos, lo que indica que no se trata de un incidente aislado. La noticia, revelada por Bandnews y confirmada por la Secretaría de Salud de Río de Janeiro, ha sido calificada como “inadmisible” y “sin precedentes” por su titular, Cláudia Mello.
La investigación apunta a un error en el laboratorio privado PCS Lab, subcontratado por el sistema de salud pública, para realizar los análisis que determinan la aptitud de los órganos para el trasplante. Tras descubrirse las irregularidades, el laboratorio fue clausurado de manera cautelar luego de una inspección por parte de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa).
El caso salió a la luz cuando un receptor de un trasplante de corazón en el estado de Río presentó síntomas neurológicos y dio positivo para VIH, a pesar de no estar infectado antes de la intervención. Esto llevó a las autoridades a revisar las muestras de los donantes almacenadas en el Hemorio, el centro oficial de coordinación de redes de sangre, donde confirmaron que uno de los donantes estaba infectado con el virus. Sin embargo, en los estudios hechos antes del trasplante por el laboratorio privado, el resultado fue negativo y creían que era un caso aislado, pero no fue así.
La gravedad del incidente aumentó cuando se descubrió un segundo donante con VIH cuyos órganos también fueron trasplantados a otros pacientes. Hasta el momento, de las ocho personas que recibieron los órganos, seis están infectadas con VIH. Una séptima persona que recibió un hígado falleció poco después del trasplante, mientras que la octava receptora, una mujer que recibió una córnea, ha dado negativo al virus, posiblemente porque se trata de un órgano menos vascularizado.
La Secretaría de Salud de Río de Janeiro formó un comité multidisciplinar para brindar atención a los afectados y tomar medidas para garantizar la seguridad de los receptores de trasplantes. Este es el primer caso registrado en Brasil, que lleva más de 60 años realizando trasplantes de órganos, en el que se detecta una situación de esta gravedad.
Este escándalo generó preocupación entre las personas que han recibido un órgano y las miles que están en lista de espera en el país con el sistema de salud pública más grande del mundo. Entre enero y septiembre de 2023, Brasil realizó 6.700 trasplantes, un aumento del 10% en comparación con el mismo periodo del año anterior.