Más de 50 millones de personas se ven afectadas actualmente por combates dentro de pueblos y ciudades de todo el mundo, señaló esta semana el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Los comentarios de Guterres se produjeron durante la apertura de un debate del Consejo de Seguridad de la ONU este martes sobre cómo proteger a los civiles atrapados en el conflicto urbano. El funcionario señaló que cuando se usan armas explosivas en áreas pobladas, el 90% de los muertos no participan en la instigación de la violencia.
”Los civiles pueden sufrir daños devastadores tanto inmediatamente como a largo plazo”, afirmó Guterres, quien agregó que muchas víctimas enfrentan discapacidades de por vida y traumas psicológicos graves. Guterres señaló que las decenas de escuelas e instalaciones de atención médica dañadas durante los combates entre Israel y Hamas en Gaza el año pasado dejaron a casi 800.000 personas sin acceso al agua corriente. En Afganistán, un ataque con explosivos frente a una escuela secundaria de Kabul en mayo pasado mató a 90 estudiantes, en su mayoría niñas, y dejó heridas a otras 240 personas.
”Más allá del dolor y el sufrimiento inmediatos, los efectos indirectos de los daños a las escuelas van desde la interrupción de la educación hasta una mayor probabilidad de matrimonios infantiles y reclutamiento de grupos armados”, agregó el funcionario. ”La guerra urbana obliga a millones de personas a abandonar sus hogares, lo que contribuye a un número récord de refugiados y desplazados internos”, agregó Guterres.
El funcionario resaltó que “la rendición de cuentas por violaciones graves es esencial” e instó a los Estados miembros a demostrar la voluntad política para investigar y enjuiciar los presuntos crímenes de guerra en la mayor medida posible. ”Se lo debemos a las víctimas y sus seres queridos, y también es crucial para que sirva como un poderoso elemento disuasorio”, concluyó Guterres.