Se divorció de su esposo enfermo de cáncer terminal y afirma no estar arrepentida

Yara se casó cuando tenía 22 años y pasó cinco años al lado de su marido enfermo. Hoy cree que las personas no deben comprometerse antes de los 30.

Se divorció de su esposo enfermo de cáncer terminal y afirma no estar arrepentida
Yana Fry y su ex - Foto Daily Mail

Una mujer rusa, que se divorció de su esposo enfermo de cáncer terminal, afirma que no está arrepentida de su decisión. Yana Fry decidió seguir adelante con su vida tras pasar cinco años al lado de su marido enfermo.

Según explicó en una entrevista para Daily Mail, Yara se casó cuando tenía 22 años y su ex 37. Pese a la diferencia de edad, la pareja estaba muy enamorada y luego de un tiempo de novios se casaron en Suiza, de donde él era oriundo. A los pocos meses de matrimonio, su esposo fue diagnosticado con cáncer de testículos.

Yana Fry hoy - Foto Daily Mail
Yana Fry hoy - Foto Daily Mail

“Las posibilidades de que las personas mueran de cáncer testicular no son tan altas como con otros tipos de cáncer. Por lo general, los médicos te dicen que, a menos que haya una gran excepción, sobrevivirás durante bastante tiempo. Pero me preocupaba que no pudiéramos tener hijos”, contó la mujer.

Las cosas se complicaron cada vez más. La empresa para la que el hombre trabajaba había decido transferirlo a Nueva York por lo que la pareja vivió todo el proceso de la enfermedad lejos de sus amigos y familia.

Uno de los cuestionamientos más importantes que hizo Yara fue en relación a los parientes de las personas enfermas, ya que su esposo recibió asistencia psicológica y ella no.

“Estaba aprendiendo inglés en ese momento. No tenía amigos, ni parientes. Estaba en total aislamiento sin sistema de apoyo”, recordó. Yara pasó cinco años al lado de su esposo enfermo hasta que decidió pedir el divorcio.

“La gente me enviaba mensajes horribles. No quiero llamarlo odio, pero estaba cerca de eso. La gente estaba adolorida y querían culpar a alguien. Su familia estaba muy decepcionada”, recordó.

Durante un tiempo corto, después del divorcio, Yara siguió acompañando a su exesposo al médico. Después empezó una carrera y dejó de verlo. Se enteró de la muerte a través de una publicación en Facebook.

Cuando sufría, un amigo mío, que resultó ser coach personal, pasó muchas horas, días y semanas hablando conmigo y ayudándome a entender las cosas. No sé dónde habría estado sin esas conversaciones. Como vi tanto valor en el coaching, decidí convertirme en coach para ayudar a otras personas”, cerró.

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