Solidaridad. Esta es la palabra que se puede utilizar para describir el accionar de una mujer que decidió donarle un riñón a la ex esposa de su flamante marido, dos días después de casarse. Ahora las une un vínculo eterno.
Esta historia que conmovió al mundo tuvo lugar en Florida, Estados Unidos, donde Debby Neal-Strickland y Jim Merthe decidieron casarse luego de una década de noviazgo.
Lo dos habían estado casados y tenían hijos con sus respectivas anteriores parejas. Habían pospuesto la fecha de la boda en dos ocasiones por diferentes motivos pero ahora estaban listos para llevarla a cabo.
Por eso, empezaron a planearla con mucha alegría y determinación. Pero entonces, una situación inesperada irrumpió para volver a cubrir todo con un manto de duda y angustia.
Sucedió que la ex mujer de Jim, Mylaen, que venía desde hacía años luchando contra una enfermedad renal, empeoró su cuadro. Los médicos le dijeron que sus riñones sólo funcionaban al 8% de su capacidad. La situación era crítica.
Además, como si alguien quisiera hacer aún más dramático todo, la hija que compartían Mylaen y Jim, estaba embarazada. Se trataba del primer nieto de la familia.
Mylaen, de 59 años, fue internada en grave estado a la espera de un transplante de riñón, la única posibilidad que tenía la mujer. Su hermano fue el primero en ofrecerse para donar el órgano, pero no fue compatible.
La situación era desesperante. Las opciones se agotaban. Y fue en ese momento cuando Debby Neal-Strickland intervino y se ofreció como voluntaria para donarle su riñón a Mylaen.
De acuerdo a lo que le contó a AP, la mujer se imaginó a la hija de Merthe dando a luz y que su madre no estaría allí para recibir a su nieta, y esto es lo que la hizo decidir ser voluntaria.
La relación entre ellas era cordial, pero nunca se habían tratado como amigas. Sin embargo, la mujer “no podía dejar de intentar cambiar eso. Dios me dijo: ‘Eres compatible y tienes que hacer esto’”, le dijo a AP.
Una boda, un riñón y un nacimiento
Pero faltaba un pequeño percance, la operación se programó para apenas dos días después de la fecha de la boda. En un principio se consideró que lo mejor sería volver a suspender el casamiento pero Debby decidió que seguría adelante de todos modos.
Y así fue, nomás. Neal-Strickland y Jim Merthe se casaron el 22 de noviembre después de 10 años de noviazgo. Y dos días después estaba acostada en una camilla de hospital sometiéndose a un procedimiento que le iba a acortar su expectativa de vida, en pos de alargársela a otra persona.
“La boda fue el día más asombroso de mi vida, hasta dos días después. Ese fue también el día más asombroso de mi vida”, contó Neal-Strickland.
Neal-Strickland dijo que pidió ver a Merthe inmediatamente después de que recuperó el conocimiento. Contó Merthe ya estaba más saludable: las ojeras debajo de sus ojos habían desaparecido y había recuperado un poco de color.
“Cuando nos vimos lloramos y, por supuesto, nos dolía el estómago por las incisiones”, sostuvo. “Nos reímos y lloramos un poco”, añadió la mujer.
Luego, Merthe se mudó con su hija, su yerno y su nuevo nieto para recuperarse, logrando su sueño de ser abuela. “Pude abrazarlo y alimentarlo. Yo estaba como, ‘estoy aquí para ver esto y estoy cargando a este pequeño bebé’”, le dijo Merthe a AP.
Desde entonces, Merthe ha dado la bienvenida a un segundo nieto, nacido en marzo.
Y, claro, la relación entre las mujeres pasó a nivel especial. Ahora se hacen llamar hermanas del riñón y toda la familia está planeando un viaje al lago Ruban en Georgia este verano para celebrar.
“De esto se trata el mundo. Familia. Necesitamos estar unidos”, dijo la mujer con el flamante riñón regalado. “Ella me salvó la vida”, cerró emocionada.