Al menos 36 personas murieron hoy debido a inundaciones y derrumbes en los principales balnearios de la costa del estado de San Pablo, Brasil. La región fue golpeada por las peores lluvias de la historia en las últimas 24 horas, cuando estaba colmada de turistas a raíz del feriado largo de Carnaval, según informaron oficialmente.
Un comunicado del Gobierno del Estado de San Pablo, enviado a corresponsales extranjeros, informó que más de 500 personas están evacuadas y que se pidió la intervención del Ejército, para intentar buscar sobrevivientes en los barrios sepultados bajo el lodo a causa de las lluvias. La cantidad de decesos fueron reportados en el último informe de Defensa Civil de ese Estado.
Los municipios afectados son Sao Sebastiao, Ubatuba, Ilhabela, Caraguatuba, Bertioga, Santos, Guarujá y Caraguatatuba. La situación más crítica se encuentra en el municipio de Sao Sebastiao, específicamente en los morros ubicados en las playas de Camburí, Baleia, Juqueí, Sahy y Boicucanga.
Por su parte, el gobernador de San Pablo, que fuera ministro de Infraestructura durante la Presidencia de Jair Bolsonaro, Tarcísio de Freitas, decretó el estado de calamidad pública para Ubatuba; Sao Sebastiao; Ilhabela; Caraguatuba y Bertioga, en la región del litoral norte paulista.
Cabe recalcar que las principales rutas de la región, incluida la carretera Rio-Santos, están cortadas a raíz de los aludes y del rompimiento del asfalto. Además, El Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva puso el Ejército a disposición del gobernador de Freitas, que se desplazó al lugar del desastre y aseguró que existen muchos problemas de acceso para rescatar a los sobrevivientes.
Esta tragedia climática provocó el cese de las celebraciones de Carnaval en las ciudades costeras de Sao Paulo, que estában colmadas debido al feriado hasta el próximo miércoles. Mañana se trasladará al lugar el ministro de Desarrollo Regional, Waldez Goes, según un comunicado oficial.
Además, Lula sobrevoló la ciudad costera de Sao Sebastiao junto con ministros del gabinete antes de reunirse con funcionarios locales, quienes confirmaron que unas 40 personas seguían desaparecidas, mientras que otras permanecían varadas con las carreteras bloqueadas por deslizamientos de tierra.