El ministro de relaciones exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, dijo este jueves en el arranque de su reunión con su homóloga norcoreana, Choe Sun-hui, que las relaciones entre Moscú y Pionyang han alcanzado un “nuevo nivel estratégico” en un momento en el que este acercamiento levanta sospechas en Occidente y sus aliados.
“Tras la histórica cumbre entre el presidente (Vladímir) Putin y el presidente de la Comisión de Asuntos Estatales Kim Jong-un en el cosmódromo de Vostochni el 13 de septiembre, podemos decir con confianza que estas relaciones han alcanzado cualitativamente un nuevo nivel estratégico”, dijo Lavrov en Pyonyang en declaraciones que cita la agencia rusa Tass.
Lavrov subrayó que ambos países celebran 75 años de relaciones ya que la extinta Unión Soviética, “que desempeñó un papel clave en la liberación de Corea del dominio colonial japonés”, se convirtió el 12 de octubre de 1948 en el primer país en reconocer la existencia de Corea del Norte, que se había proclamado Estado independiente un mes antes.
El canciller ruso destacó también que Moscú “ayudó después en el desarrollo de la economía, la ciencia, la cultura y la educación” en Corea del Norte y también que Rusia siempre recordará “la inestimable contribución que el camarada Kim Il-sung y el camarada Kim Jong-il (abuelo y padre, respectivamente del actual líder norcoreano, Kim Jong-un) realizaron para el desarrollo de nuestras relaciones”.
Por su parte, Choe, aseguró que el encuentro con su homólogo ruso “sirve como prueba de que las relaciones bilaterales entre Corea y Rusia, con una larga historia de amistad, vienen mostrando un dinamismo transformador y se están desarrollando con una nueva vitalidad”.
Aunque los detalles de la cumbre que mantuvieron Kim Jong-un y Vladímir Putin en septiembre no se han hecho públicos, Moscú aseguró que brindó espacio para la cooperación militar y espacial bilateral.
La Casa Blanca aseguró la semana pasada que Corea del Norte ha enviado a Rusia por tren y por barco más de mil contenedores con equipos militares y municiones para que puedan ser usados en la guerra en Ucrania, aunque no ha presentado pruebas públicas de lo denunciado, por lo que ninguno de los gobiernos acusados ha salido a afirmar o desmentir dichas afirmaciones.