Casi 6 meses después de los atentados a las líneas de oleoductos Nordstream 1 y 2, el gobierno de Vladimir Putin decidió sellar “definitivamente” las vías de transporte de gas que abastecían a Europa a través de Alemania, ya que “no tiene interés” en retomar acuerdos energéticos con este país.
De acuerdo a un informe publicado en febrero por el periodista estadounidense Seymour Hersh, buzos tácticos de la marina de EE.UU. aprovecharon ejercicios de la OTAN en el Mar Báltico para colocar los dispositivos que luego serían detonados a distancia, destruyendo las líneas que se habían construido durante los gobiernos de Angela Merkel y que permitieron a Alemania un crecimiento industrial sin precedentes, gracias a los bajos costos del gas ruso.
Pero, a pesar de las evidencias presentadas tanto por Hersh como por las delegaciones rusas y de los reclamos de varios países de la región en vistas de los graves perjuicios económicos que implicaría el corte energético, ni la OTAN ni el Consejo de Seguridad de la ONU respondieron a un atentado en el que claramente el único beneficiario fue EE.UU., que ahora vende su gas y su petróleo a un precio diez veces superior al que lo vendía Rusia a la Unión Europea.
El presidente estadounidense Joe Biden, quien hace un año declaraba que “no habrá Nordstream 2, nos encargaremos de anular el proyecto” en conferencia de prensa apenas días antes del estallido del conflicto, tildó estas acusaciones de “falsas”, aunque no son pocas las ocasiones públicas en las que él y varios de sus funcionarios de altos cargos anunciaron, exigieron y/o celebraron la destrucción de los gasoductos.
Por su parte, Rusia, que no espera respuestas oficiales en el corto plazo respecto de las responsabilidades en torno a este atentado, anunció en las últimas horas que ingenieros rusos desarrollaron un dron, llamado Aeromedik MINI, cuya característica principal es que posee una cámara de visión nocturna para monitorear los oleoductos y gasoductos, según un comunicado del fondo de apoyo a proyectos de la Iniciativa Tecnológica Nacional del país.
Una de las características clave del dispositivo es una planta de energía híbrida (un motor de gasolina y ocho motores eléctricos), que le permite volar distancias de hasta 200 kilómetros. El dispositivo se podrá utilizar también para entregar pequeñas cargas que pesen hasta cinco kilos, agregó Serguéi Gusev, CEO de Clevercopter, la empresa encargada del desarrollo del dron.