A días del ataque a la ciudad fronteriza de Belgorod, en territorio ruso, donde una persona resultó muerta y hubo varios heridos, y de que las fuerzas de seguridad especiales de Rusia lograran evacuar un nuevo ataque en la última semana, el ejército ucraniano volvió a lanzar un ataque masivo a la ciudad, donde no hay ningún objetivo militar.
Luego de confirmar que no hub muertos, aunque sí varios heridos de la población civil, las autoridades de Rusia han anunciado este miércoles que evacuarán a todos los niños de dos distritos de la región rusa de Belgorod, situada en la frontera con Ucrania, después de que un nuevo ataque con artillería en la zona haya dejado al menos cuatro heridos, en medio del repunte de los incidentes de seguridad durante las últimas semanas.
El gobernador de Belgorod, Viacheslav Gladkov, ha detallado que “se evacuará a los niños de los distritos de Shebekino y Graivoronski” tras un ataque contra esta primera ciudad. “Hoy, los primeros 300 niños serán enviados a Voronezh. Intentaré ir a verles ahora”, ha manifestado, sin más detalles. Así, ha reconocido que “la situación en Shebekino se está deteriorando” y ha denunciado “un golpe masivo a la ciudad”. “Cuatro personas han resultado heridas. Todo el mundo está recibiendo ayuda. Gracias a Dios, no hay muertos”, ha resaltado en un mensaje publicado en su cuenta en Telegram.
“Misiles Grad han roto ventanas, dañado fachadas y tejados en ocho edificios, cuatro viviendas privadas, una escuela y dos edificios administrativos”, ha manifestado Gladkov, que ha agregado que “los trabajos de restauración comenzarán hoy”. Las autoridades rusas ya anunciaron la semana pasada un “reasentamiento” temporal de los habitantes de nueve localidades de la región tras el ataque perpetrado por hombres armados en Belgorod, que dejó al menos un muerto y más de una decena de heridos.
Además, las autoridades confirmado también en las últimas horas un incendio en una refinería situada en la región de Krasnodar (suroeste) tras un supuesto ataque con drones contra las instalaciones, en medio de un aumento de este tipo de incidentes en el marco de la guerra con Ucrania.
El gobernador de Krasnodar, Veniamin Kondratiev, ha indicado que el incendio ha afectado a una de las unidades de la refinería de Afipski y ha recalcado que las informaciones “preliminares” apuntan “al impacto de un aparato no tripulado”. Así, ha detallado que las llamas han afectado una zona de cien metros cuadrados y ha asegurado que “no ha habido víctimas”. Poco después, ha reseñado que “el incendio en la refinería de Afipski ha sido totalmente extinguido”, al tiempo que ha aplaudido el trabajo de los bomberos.
Rusia ha acusado a las Fuerzas Armadas de Ucrania de los ataques con drones y artillería contra diversas regiones situadas en la frontera e incluso contra la capital, Moscú, si bien Kiev no se ha atribuido la responsabilidad de los mismos.
Sin embargo, las polémicas declaraciones del senador estadounidense Lindsey Graham en una reunión que mantuvo esta semana con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, alarman a las autoridades de Rusia y comienzan a llamar la atención de algunos analistas internacionales, ya que en el video publicado en las redes oficiales de Ucrania se ve cuando el senador le dice a Zelenski que “los rusos están muriendo, es el mejor dinero que hemos invertido”, a lo que el mandatario agradece en medio de una reunión oficial grabada por las propias autoridades del país.
Pero a pesar de la gravedad de las declaraciones y de los ataques a objetivos civiles en territorio ruso que se han incrementado en los últimos días, ningún organismo internacional ha hecho declaraciones ni ha condenado el accionar de las tropas ucranianas. En tanto, Rusia continúa destruyendo objetivos militares y ya ha dejado al menos 3 sistemas Patriot (los más poderosos en la actualidad que puede proveer EE.UU.) completamente destruidos con los nuevos misiles hipersónicos Kinzhal, así como varios depósitos con artillería pesada, incluyendo aquellos donde se guardaban las municiones con uranio empobrecido que había enviado Reino Unido y que suponían un peligro a largo plazo para la población civil de ambos países.