El Instituto Butantan de Sao Paulo, principal productor de vacunas en Brasil, expresó este martes “indignación” tras la suspensión de sus ensayos clínicos de la vacuna china CoronaVac, que el presidente Jair Bolsonaro celebró como una “victoria”, en un nuevo capítulo de la politización de la pandemia.
Tanto Butantan como el gobierno de Sao Paulo, cuyo gobernador Joao Doria es el principal adversario político de Bolsonaro, sostuvieron que el “incidente adverso grave” ocurrido el pasado 29 de octubre y que motivó la suspensión de los ensayos por parte de la Agencia de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) fue una muerte que no tiene ninguna relación con la vacuna.
El instituto forense de Sao Paulo (IML) indicó que “el caso mencionado fue registrado y esta siendo investigado como suicidio”.
Una información que no fue confirmada por Anvisa, cuyo director, Antonio Barra Torres, defendió este martes en una rueda de prensa que la suspensión decidida el lunes por la noche fue por “motivos técnicos”.
“Las informaciones que nos llegaron ayer fueron consideradas insuficientes, incompletas para que ayer fuera posible seguir permitiendo el desarrollo de la vacuna”, declaró Barra Torres, sin dar detalles de lo ocurrido. Barra Torres no indicó cuándo podrán ser retomados los ensayos.
Este martes, Bolsonaro celebró en Facebook la decisión de Anvisa al responder a un internauta que preguntaba si el gobierno compraría y produciría la vacuna en caso de que los ensayos -actualmente en fase 3- muestren que es eficaz y segura.
“Muerte, invalidez, anomalía. Esta es la vacuna que Doria quería obligar a los paulistas a tomar. El presidente dijo que la vacuna jamás podría ser obligatoria. Otra que gana Jair Bolsonaro”, escribió el mandatario.
Una declaración que desató un aluvión de críticas de sus adversarios políticos, entre ellos el excandidato presidencial Ciro Gomes, del centroizquierdista PDT, quien dijo que “la pena de cárcel es demasiado poco para estos canallas que hacen bajas maniobras políticas con las vacunas”.
Dimas Covas, presidente del Instituto Butantan, aseguró en una conferencia este martes que la decisión de Anvisa había causado “sorpresa” e “indignación”, pero que esperaba que fuera revertida rápidamente.
“No existe ninguna relación entre la causa de muerte de este o esta paciente, con la supuesta vacuna, porque ni siquiera sabemos si tomó la vacuna o un placebo”, añadió a su lado Joao Gabbardo, coordinador del centro de Contingencia contra el coronavirus del gobierno de Sao Paulo.
El laboratorio chino Sinovac Biotech afirmó también que el incidente en cuestión no tiene “relación” con la vacuna y dijo “confiado” en su seguridad.
CoronaVac ha sido el centro de una batalla política en Brasil entre Bolsonaro y Doria, que ya se enfrentaron por las medidas de cuarentena defendidas por los gobernadores y por el uso de la cloroquina promovido por el mandatario.
Sao Paulo tiene un acuerdo con Sinovac para adquirir 46 millones de dosis, seis millones producidas en China y el resto, en Sao Paulo.
Horas antes de que se anunciara la suspensión de los ensayos, Doria había indicado que las primeras 120.000 dosis de CoronaVac iban a llegar a Sao Paulo el 20 de noviembre, y que ya han iniciado las obras para una fábrica que podrá producir hasta 100 millones de dosis por año.
Para poder ser suministrada a la población, las vacunas deben concluir los ensayos clínicos de fase 3 (para probar su eficacia y seguridad) y ser aprobados por la Anvisa.
El mandatario ultraderechista se ha referido al modelo de Sinovac como la vacuna de “ese otro país” y ha promovido en su lugar la que está desarrollando la Universidad de Oxford con la compañía farmacéutica británica AstraZeneca, que también está siendo sometida a ensayos en el país.
El mes pasado, Bolsonaro canceló un acuerdo de compra de dosis de la vacuna china, a la que se refirió como “la vacuna china de Joao Doria”, que había anunciado su propio ministro de Salud.
El contratiempo para CoronaVac llegó el mismo día en que el gigante farmacéutico estadounidense Pfizer anunció que su vacuna contra el coronavirus tiene un 90% de efectividad.
Las vacunas de Pfizer y Sinovac se encuentran en la fase 3 de los ensayos y ambas se están probando en Brasil, el país con el segundo mayor número de muertos por covid-19 por detrás de Estados Unidos, con más de 162.000 fallecidos.