Reino Unido es noticia estos días debido al avance “fuera de control” de una nueva cepa del coronavirus, de acuerdo con lo manifestado por el ministro de Salud británico Matt Hancock. Si bien ya se sabía hace una semana, recién ahora las autoridades han endurecido las restricciones, mientras que la comunidad internacional teme por una nueva ola de la enfermedad justo cuando la vacuna asoma como esperanza.
“Es una enfermedad mortal y debemos controlarla, lo cual es más difícil con esta nueva variante”, afirmó Hancock en una entrevista con la cadena británica Sky News.
Debido a este aumento en la cantidad de casos de Covid-19, tanto Londres como zonas del sureste de Inglaterra pasaron al nivel más estricto del aislamiento, dejando habilitados comercios esenciales en la víspera de Navidad.
La restricción obliga a los residentes a quedarse en sus domicilios -salvo limitadas excepciones- y a trabajar desde las casas.
El balance de este domingo alcanzó su récord histórico con casi 36.000 nuevos casos de coronavirus y otros 326 fallecidos.
¿La nueva cepa es más peligrosa?
Según los reportes de las autoridades británicas, la nueva cepa del coronavirus se propaga un 70% más rápido que la original. Pero no significa que sea más mortal, al menos siguiendo las primeras investigaciones.
“No hay evidencia actual que sugiera que la nueva cepa cause una mayor tasa de mortalidad o que afecte a las vacunas y tratamientos, aunque se está trabajando urgentemente para confirmarlo”, manifestó Chris Witty, epidemiólogo y asesor médico principal del gobierno de Reino Unido.
De todos modos, varios países de Europa, como Italia, Bélgica, Países Bajos, Francia, Alemania, entre otros, anunciaron la suspensión de los vuelos a Reino Unido. Más tarde, Argentina repitió la misma decisión.
¿Qué significa que haya una nueva cepa?
La nueva variante, que los científicos británicos han denominado “VUI-202012/01”, incluye una mutación genética en la proteína “espícula” lo que, en teoría, hace que el Covid-19 se propague más fácilmente entre las personas. De acuerdo a los primeros reportes, la cepa habría aparecido en septiembre pasado, lo que dio pie a la segunda ola de contagios.
Científicos de todo el mundo han ido alertando de distintas cepas que han ido surgiendo en los países. Los escasos casos de reinfección que se han detectado, por ejemplo, suponen un ejemplo de reinfección de una cepa distinta a la de la primera infección.
¿Cuántas cepas hay actualmente?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) precisó que la nueva variante también se ha identificado en Reino Unido, Dinamarca, los Países Bajos y Australia.
Investigadores de la Universidad de Bolonia (Italia) identificaron al menos seis cepas del SARS-CoV-2 tras analizar 48.635 genomas de coronavirus aislados por científicos de todo el mundo:
- Cepa L: es la original, la que apareció en Wuhan en diciembre de 2019.
- Cepa S: la primera mutación del virus que apareció a principios de 2020.
- Cepas V y G: variaciones desde mediados de enero y que se extendieron por el mundo.
- Cepas GR y GH: mutaciones de las cepas V y G de finales de febrero de 2020. Las más extendidas (74% de todas las secuencias de genes analizadas).
Los resultados apuntan que las cepas G, GH y GR “aumentan constantemente”, mientras que la cepa S se encuentra en algunas áreas concretas de Estados Unidos y España. En tanto, las L y V “están desapareciendo gradualmente”.
El coronavirus presenta aproximadamente seis mutaciones por muestra, una cifra bastante pequeña si se tiene en cuenta que la gripe común tiene una tasa de variabilidad de más del doble.
¿Las vacunas son eficaces contra la nueva cepa?
Whitty ya dijo que la nueva cepa no afecta al desarrollo de las distintas vacunas que más avanzadas están en el mundo (por ejemplo, la de Pfizer, la Sputnik V o la de Moderna). “Nada indica, de momento, que esta nueva cepa cause una tasa de mortalidad más alta o que afecte a las vacunas y los tratamientos, pero se están realizando trabajos de forma urgente para confirmar eso”, señaló.
Por su parte, Ewan Birney, subdirector general del Laboratorio Europeo de Biología Molecular y codirector del Instituto Europeo de Bioinformática en Cambridge, aseguró a The Guardian que las vacunas han sido probadas con muchas variantes del virus en circulación, “por lo tanto, hay razones para pensar que las vacunas aún funcionarán contra esta nueva cepa, aunque obviamente eso debe ser probado a fondo”.
Es que la mayoría de las vacunas contra el coronavirus apuntan a la proteína conocida como “de espiga” o “de pico” que el virus usa para adherirse a las células humanas. Las vacunas preparan al cuerpo para poder detectar la proteína de punta para que el sistema inmunológico pueda detectar el virus.
Aunque si la proteína de pico muta, el cuerpo podría no reconocer el virus y las vacunas pueden resultar ineficaces.
“La buena noticia es que las nuevas vacunas son esencialmente como los correos electrónicos que enviamos al sistema inmunológico, y son muy fáciles de ajustar. Así que si sabemos que ha cambiado muy ligeramente, sólo tenemos que editar ese correo electrónico, cambiar una o dos palabras y entonces la vacuna que estará lista en seis u ocho semanas después de eso, será competente y mejor dirigida a la nueva cepa”, explicó Calum Semple, de la Universidad de Liverpool, explicó a The Telegraph.
Por último, el ministro de Salud alemán, Jens Spahn, reiteró la misma tranquilidad: “La nueva variante del virus no tiene ningún impacto en las vacunas que siguen siendo igual de eficaces”.