La quiebra de Silicon Valley Bank (SVB), el decimosexto banco de Estados Unidos en activos y valuación, es el mayor derrumbe en el sistema financiero estadounidense desde la caída de Lehman Brothers en 2008, un hecho que sirvió de antesala a lo que fue la crisis financiera internacional desatada a causa de hipotecas subprime. De allí que cada vez más se hable de la incertidumbre que la situación provoca no sólo en Norteamérica, sino también en el resto del globo.
La compañía californiana, fundada en 1983, se jactaba de tener “casi la mitad” de las empresas tecnológicas y biocientíficas financiadas por inversores estadounidenses, lo que llevó a muchos a preocuparse por los posibles efectos dominó de su reciente colapso.
Qué es Silicon Valley Bank
Hasta la semana pasada, y durante los últimos 40 años, el SVB era un banco con sede en Santa Clara, California, de gran impacto en el mercado financiero. Era el decimosexto mayor prestamista de Estados Unidos, con unos 200.000 millones de dólares en activos, y el banco más grande de Silicon Valley, zona donde impactaba con múltiples servicios de capital de riesgo, financiamiento basado en ingresos y firmas de capital inversión que invierten en tecnología y biotecnología. Abría cuentas a startups antes de que los grandes prestamistas se interesaran en hacerlo.
Qué pasó con Silicon Valley Bank en Estados Unidos
El crecimiento que experimentó Silicon Valley también se reflejó en el SVB. Por eso, los depósitos de la entidad se multiplicaron: pasaron de 44.000 millones de dólares a fines de 2017 a 189.000 millones de dólares a fines de 2021, mientras que la cartera de préstamos apenas creció de 23.000 a 66.000 millones de dólares. Ya a fines de 2022 tenía 209.000 millones de dólares en activos y aproximadamente 175.400 millones de dólares en depósitos. Como los bancos ganan dinero con el diferencial entre el tipo de interés que pagan por los depósitos y el tipo que les pagan los prestatarios, tener una base de depósitos mucho mayor que la cartera de préstamos fue problemático.
El miércoles pasado, su CEO, Greg Becker, envió una carta a los accionistas en la cual indicó que la entidad tuvo unas pérdidas de US$ 1.800 millones en el primer trimestre y que, frente a ello, planeaba una colocación acelerada de acciones de US$ 1.750 millones para sanear su posición de capital.
El banco se vio particularmente afectado por el cambio repentino en las condiciones monetarias estadounidenses: en 2021 las empresas apoyadas por firmas de capital de riesgo lograron financiarse por un récord de US$ 330.000 millones, en un contexto de tasas ultra-bajas por la FED.
Como se dijo antes, SVB tomó miles de millones de dólares en depósitos creciendo de US$ 61.000 millones a fines de 2019 a US$ 189.000 millones a fines de 2021 y, confiando en que las tasas no cambiarían, colocó más de la mitad de sus activos en bonos a largo plazo del Tesoro con un rendimiento de aproximadamente 1,63% anual.
No obstante, con una inflación récord en 40 años, la FED dispuso uno de los ajustes monetarios más veloces de su historia llevando la tasa a un rango de entre 4,75% y 5%, por lo que estos bonos perdieron buena parte de su valor.
Otro efecto de la suba de tasas fue el impacto en el sector tecnológico, ya que estas empresas -especialmente en sus primeras fases de desarrollo- son las que más precisan de crédito barato para solventar un crecimiento que no es rentable en sus primeros años. Sin financiamiento, necesitan retirar sus ahorros de los bancos.
En un efecto dominó, la suba de tasas provoco una caída de los depósitos de SVB y el banco tuvo que vender a pérdida sus devaluados bonos.
Tras conocerse la carta de Becker, comenzó una corrida bancaria en la cual inversores y ahorristas intentaron extraer US$ 42.000 millones en menos de 24 horas.
El retiro fue impulsado por las propias firmas de capital de riesgo que aconsejaron a las startups retirar los fondos del banco ante el riesgo de insolvencia.
En el momento de su cierre por parte de las autoridades federales el viernes, el banco SVB registraba un balance negativo de US$ 958 millones. SVB también fue castigado en la bolsa, donde su acción cayó un 60%. Se suspendió la cotización de su título, e inmediatamente después la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) anunció que tomaba el control de la entidad, agonizante e incapaz de encontrar comprador.
Ahora, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, el banco central) en conjunto con la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) analizan crear un fondo que permita preventivamente respaldar depósitos de los bancos luego del colapso de SVB, con el fin de evitar una crisis financiera de efecto dominó como la de 2008.
Efectos de la caída de Silicon Valley Bank
La caída de SVB también tuvo su correlato en el mercado de criptomonedas, luego de que se conociera que Circle -emisora de la stablecoin USD Coin- tenía depositados US$ 3,3 mil millones de sus US$ 40.000 millones de reservas en dicho banco.
De todos modos, especialistas no creen que los problemas derivados de la caída de SVB se extiendan al sector bancario en general. Aunque no se descartan focos de inestabilidad causados por esta cuestión, como ya se vio en la bajada en el mercado de criptomonedas.
El SVB era enorme, pero tuvo una función única de prestar servicio casi exclusivo al mundo tecnológico y a empresas respaldadas por capital riesgo. Trabajó mucho con una parte concreta de la economía que sufrió un duro golpe el año pasado. Otros bancos están mucho más diversificados con múltiples sectores, bases de clientes y geografía.
Así, por ejemplo, el ministro de Economía de Francia, Bruno Le Maire, descartó riesgos para su país. ”No veo riesgo de contagio. Por lo que no hay ningún tipo de alerta”, aseguró Le Maire en el medio France Info.
Por otra parte, en Reino Unido, HSBC compró la filial británica de SVB de Estados Unidos tras la quiebra, como parte de un acuerdo con el Banco de Inglaterra (BoE), lo que alivió a las empresas tecnológicas del Reino Unido que advirtieron que podrían quebrar sin ayuda.
Donde sí podría haber repercusiones económicas, sobre todo en el sector de las empresas emergentes tecnológicas en Estados Unidos. Las autoridades de Nueva York ordenaron cerrar el banco Signature Bank, vinculado al mundo de las criptomonedas. Los depositantes serán reembolsados, sin pérdidas. Al igual que pasó en SVB, los accionistas y algunos deudores no garantizados no estarán protegidos.
La reacción proteccionista de Joe Biden: “El sistema bancario es seguro”
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo este lunes que los estadounidenses pueden “confiar en que el sistema bancario es seguro” y anticipó que buscará avanzar en una regulación más fuerte, luego del colapso de SVB la semana pasada.
”Gracias a la acción de mi administración en los últimos días, los americanos pueden confiar en que el sistema bancario es seguro; pueden respirar tranquilos porque las empresas van a poder pagar las facturas y a sus empleados”, afirmó en una conferencia.
Aseguró que “los depósitos están a salvo”, y remarcó que se hará “lo necesario para que esto no afecte a otros países”.
De acuerdo con información de Bloomberg, Biden sostuvo que impulsará una regulación bancaria más estricta y subrayó que “todos los depositantes serán resarcidos”.
”Los contribuyentes estadounidenses no enfrentarán ninguna pérdida”, dijo el presidente norteamericano, quien agregó que el dinero provendrá de los ingresos de las comisiones bancarias al Fondo de Garantía de Depósitos.
El domingo, la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) anunció que pondrá a disposición fondos adicionales para las instituciones de depósito elegibles, para ayudar a garantizar que los bancos tengan la capacidad de satisfacer las necesidades de todos sus depositantes, a la vez que se garantizó el pago de los depósitos de los ahorristas del Silicon Valley Bank.
En un comunicado, la FED sostuvo que “esta acción reforzará la capacidad del sistema bancario para salvaguardar los depósitos y garantizar la provisión continua de dinero y crédito a la economía, con el objetivo de apoyar a las empresas y los hogares estadounidenses”.