ISIS-K es el grupo terrorista que se adjudicó la autoría del atentado terrorista perpetrado en Moscú, cuando un grupo de atacantes ingresó armado a la sala de conciertos Crocus City Hall, abriendo fuego y provocando una masacre de al menos 130 personas.
ISIS-K, también llamado Estado Islámico de Khorasán, es una facción “halcón” del tristemente célebre ISIS. Dicho grupo terrorista se encargó de publicitar la matanza en el teatro moscovita al emitir un comunicado por Telegram el mismo día. Pero también compartió fotos de sus integrantes y en la últimas horas difundió un escalofriante video en el que mostraron escenas de la feroz masacre.
ISIS-K fue creado en el año 2015 por terroristas disidentes que tomaron una interpretación extrema del Islam y aún más radical de ISIS. Son sunnitas, la rama mayoritaria del Islam, y desprecian explícitamente a los chiitas, mayoría en Irán. Según lo detalla Infobae, la versión anterior de ISIS buscaba formar un Califato independiente con partes de Siria e Irak, la reconstrucción de la provincia milenaria del Khorasan, por eso sumaron la “K” a sus siglas.
Según expertos del Willson Center, los objetivos del grupo y la geografía declarada de sus operaciones eran muy amplios. Buscaban hacer atentados con víctimas civiles masivas y Estados, en tanto que querían derrocar al gobierno paquistaní, castigar al gobierno iraní por ser “vanguardia” de los chiíes y “purificar” Afganistán.
De acuerdo con Asfandyar Mir, para lograr sus objetivos el ISIS-K reclutó al grupo insurgente pakistaní Tehreek-e-Taliban Pakistan, al debilitado Al Qaeda en Afganistán y Pakistán y a los talibanes afganos posteriores a Mullah Omar. También aprovechó una minoría sectaria crucial de salafíes en el este de Afganistán y se sirvió de sus redes rurales para hacerse con el control territorial en las provincias de Nangarhar y Kunar.
Según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), si bien comparten una ideología y tácticas, la profundidad de su relación con el Estado Islámico y su mando mando original nunca se ha establecido por completo. Pero sí se sabe que su objetivo es el establecimiento de un califato islámico en Asia Central y Meridional.
Tras la toma de poder de los talibanes en Afganistán, durante la retirada militar estadounidense del país, ISIS-K elevó su perfil internacional. Desde entonces, los talibanes han librado batallas campales contra el ISIS-K en Afganistán.
Sin embargo, para el general norteamericano Michael E. Kurilla, jefe del Mando Central del ejército norteamericano, ISIS-K “conserva la capacidad y la voluntad de atacar intereses estadounidenses y occidentales en el extranjero en tan sólo seis meses sin apenas aviso”. En tanto, funcionarios de la lucha antiterrorista en Europa afirmaron que en los últimos meses han sofocado varios complots incipientes del ISIS-K para atacar objetivos en el viejo continente.