Desde septiembre de 2022 Elinor O’Donovan, una artista irlandesa, recibió 1.400 euros mensuales sin ninguna obligación directa a cambio. O’Donovan aplicó a un programa piloto en Irlanda, denominado “Renta Básica para las Artes”, y fue seleccionada entre dos mil personas. Para ser elegida, presentó pruebas que respaldaban su estatus de artista, como su membresía en Visual Artists Ireland, su financiamiento por el Arts Council of Ireland y la exención fiscal para artistas. Debido a este sorteo se decidió que ella fuera una de las beneficiarias de esta renta hasta septiembre de 2025.
El concepto de la renta básica universal (RBU) genera cada vez más discusión, y muchos debaten sus posibles beneficios y problemas. Se trata de un sistema en el que el Estado proporciona a los ciudadanos un pago fijo y regular, independientemente de su situación laboral. Este dinero puede ser utilizado libremente por los beneficiarios.
En el caso de O’Donovan, la renta básica le permitió “dejar su empleo part-time como recepcionista y enfocarse completamente en el arte en su estudio en Cork”. Ella explica que el ingreso fijo “quitó gran parte de la precariedad” que experimentaba y le permitió rechazar trabajos que no se alineaban con sus intereses artísticos.
Este tipo de programas no son nuevos. En la década de 1970, en Dauphin, Manitoba, Canadá, se implementó el experimento “Mincome”, que evaluó los efectos de un ingreso básico garantizado. El estudio mostró que “aunque la participación laboral se redujo ligeramente, especialmente entre madres con hijos pequeños, los resultados en términos de salud y educación fueron positivos”.
Otros programas recientes, como el financiado por Sam Altman (CEO DE OpenAI, la empresa dueña de ChatGPT) en EEUU, también han generado controversia, ya que ‘‘los beneficiarios de dinero “sin contraprestación tendieron a trabajar unos 15 minutos menos por día”, según los investigadores.
Los expertos añadieron: “Observamos efectos positivos en las intenciones emprendedoras: los del grupo de tratamiento estaban mucho más interesados en iniciar un negocio. Respecto a la educación, vimos algunas señales de que los jóvenes tenían más probabilidades de volver a estudiar, aunque este efecto no fue significativo. En términos más generales, el hecho de que las personas con ingresos más bajos tengan más dinero para gastar como quieran es en sí mismo un beneficio”
A pesar de las críticas, otros estudios, como los realizados por el economista Guy Standing, muestran que “las personas que recibieron una renta básica mejoraron su salud mental y física, y los niños tendieron a tener mejor rendimiento escolar”. Estos resultados, afirma Standing, se observan en diversos contextos, desde Europa hasta países en desarrollo, sugiriendo que los beneficios de la renta básica pueden variar dependiendo de las circunstancias.
En diálogo con Infobae, el economista comentó: ‘‘Si se pagan 1.000 dólares en ingresos básicos, el gasto y la inversión conducen a un aumento de aproximadamente 500 dólares. Este efecto multiplicador siempre es ignorado por los críticos que afirman que no podemos permitirnos un sistema de ingresos básicos. Si se mejora la salud, eso reduce la demanda de servicios de salud pública. Si se mejoran los resultados de la educación, eso reduce el costo de la educación pública. Estos son efectos de retroalimentación que también suelen ignorarse, pero que son social y económicamente importantes.
