El Vaticano confirmó este lunes que la infección respiratoria del papa Francisco presenta “un cuadro clínico complejo” que requerirá más hospitalización.
El Sumo Pontífice padece una “infección respiratoria polibacteriana”, según lo informado oficialmente por el Vaticano.
El Vaticano confirmó este lunes que la infección respiratoria del papa Francisco presenta “un cuadro clínico complejo” que requerirá más hospitalización.
Jorge Bergoglio, de 88 años e internado desde el viernes en el hospital Gemelli de Roma, padece una “infección respiratoria polibacteriana” que requirió más cambios en su tratamiento farmacológico, indicó el vocero del Vaticano, Matteo Bruni.
La complejidad de los síntomas “requerirá una estancia apropiada en el hospital”, dijo el portavoz sin indicar un lapso de tiempo de la internación.
Sobre el despertar del Sumo Pontífice, desde el Vaticano informaron que Francisco "desayunó y leyó los periódicos" el lunes por la mañana, y continuaba con sus tratamientos farmacológicos no especificados.
“Me hubiera gustado estar entre ustedes pero, como saben, estoy aquí en el Policlínico Gemelli porque todavía necesito algún tratamiento para mi bronquitis”, indicó el Papa en el discurso de la oración del Ángelus que ha dejado escrito al no poder pronunciarlo. Es que se supo que, a pesar de estar ingresado, el argentino llamó tanto el viernes como el sábado a la parroquia de la Sagrada Familia, la única iglesia católica de Gaza.
Francisco, que asumió la jefatura de la Iglesia católica en 2013, arrastra numerosos problemas de salud en los últimos años.
Además de resfríos y problemas respiratorios recurrentes, en enero, por ejemplo, sufrió una caída en su residencia que le provocó una lesión en el antebrazo derecho, aunque sin fracturas, por lo que debió llevar un cabestrillo.
El vocero del Vaticano informó entonces que el Papa fue examinado y no presentó complicaciones graves, por lo que continuó con su agenda de audiencias.
En diciembre, el Sumo Pontífice se golpeó la barbilla contra su mesa de luz, lo que le causó un visible hematoma en el rostro.
Quizá en su momento más delicado, en marzo de 2023, el líder del Vaticano estuvo hospitalizado tres días en el Policlínico Gemelli de Roma también por una infección respiratoria. Y, al poco tiempo, fue operado por un problema intestinal.