El próximo 5 de noviembre se realizarán las elecciones presidenciales en Estados Unidos, donde Kamala Harris y Donald Trump disputarán las riendas del país. A menos de una semana, las encuestas indican una contienda sumamente cerrada entre los candidatos y se anticipa un histórico “empate técnico”.
Luego de que se dieran a conocer los posibles números del próximo martes, creció la tensión en los norteamericanos y se abrió el interrogante de qué podría suceder si ninguno logra conseguir la ventaja necesaria para ser electo. Un hecho muy inusual, pero posible.
Al momento, la mayoría de las encuestas muestran que tanto la candidata demócrata y el candidato republicano mantienen una paridad en el resultado, mientras que los siete “swing states” o estados pendulares serán claves para definirlo. Pero, ¿Cómo se define al ganador si hay un empate?.
El sistema electoral del país norteamericano cuenta con la particularidad de que los ciudadanos registrados no votan de forma directa a los candidatos presidenciales, sino que eligen a los electores de cada estado, quienes a su vez designan al presidente y vicepresidente.
El Colegio Electoral cuenta con 538 representantes de cada uno de los 50 estados. Cada jurisdicción cuenta con una cantidad determinada de acuerdo a su población, siendo aquellos más habitados los de mayor peso, informó Noticias Argentinas.
Para ganar las elecciones y convertirse en presidente, un candidato debe obtener al menos 270 votos en el Colegio Electoral. Sin embargo, en un contexto de tanta paridad, existe la posibilidad matemática de que Harris y Trump obtengan 269 votos cada uno y queden igualados.
¿Qué ocurre en el caso de que haya empate?
De producirse esta situación, la doceava enmienda de la Constitución establece un mecanismo para estos casos. La misma indica que habrá “elecciones contingentes”, que le otorga el poder de decisión al Congreso para definir: la Cámara de Representantes elegiría al presidente, mientras el Senado al vicepresidente.
De esta forma, las elecciones legislativas podrían tener un rol importante en el escenario de paridad que hay al momento. Incluso, existe la posibilidad de que haya un gobierno mixto, ya que la Cámara Baja podría elegir al presidente de un partido y el Senado al vicepresidente del otro.
En este escenario, cada estado tiene un voto, por lo que todos sin importar la cantidad de legisladores que tenga, deberán reunirse para definir a qué partido le darán su voto. La Constitución no obliga a los representantes a respetar la voluntad popular, por lo que es posible que pese a que un partido sea el más votado en un estado, luego en el Congreso puede apoyar al contrincante.
Antecedentes
Hasta el momento, solo hubo dos ocasiones en las que el Congreso definió al presidente. La primera fue el 1800, cuando Thomas Jefferson y Aaron Burr quedaron igualados y la Cámara eligió al primero. Luego, se repitió en 1824, cuando John Quincy Adams fue elegido luego de que ningún candidato alcanzara la mayoría de los votos electorales.