Cuando una pareja decide casarse comienzan a transitar un camino de mucha planificación y, lo más difícil, buscar un lugar para que sea la celebración de sus sueños. En relación a esto es que Shenita Jonez y Courtney Wilson habían planeado hasta el mínimo detalle de su boda, con el pequeño detalle que todo el plan giraba en torno a entrar a una mansión que creían vacía, pero no.
La gigantesca casa, situada en Southwest Ranches, una ciudad localizada en las afueras de Miami, pertenece a Nathan Finkel, quien heredó la vivienda y la puso en venta. Aprovechando esta condición Wilson se habría hecho pasar por un posible comprador para poder visitarla en varias ocasiones.
Al parecer, a partir de esas visitas la pareja fue planeando cómo festejarían su unión en ese lugar sin que Finkel, el dueño, tuviese noción de sus intenciones. Los novios llegaron a crear un sitio web del festejo donde señalaban al lugar como la “casa de sus sueños” y “la propiedad de Wilson”.
Sin embargo, el día de la celebración del enlace, Wilson llegó a la finca acompañado de otra persona para prepararlo todo, creyendo que el lugar estaría vacío, pero Finkel estaba viviendo en un edificio lindante a la propiedad y pudo observar todo lo que estaba ocurriendo, según informó el sitio 20 minutos.
Por esto, el dueño de la vivienda llamó a los servicios de emergencia para pedir ayuda. “Tengo gente invadiendo mi propiedad. Y siguen acosándome, llamándome. Dicen que van a celebrar una boda aquí y es el mensaje de Dios. No sé qué está pasando. Todo lo que quiero es que se detenga. Y están sentados en mi propiedad, justo en la puerta principal”.
Cuando la policía llegó al lugar pidieron a Wilson que se marchara y la pareja no fue denunciada de ningún cargo. Según el fiscal municipal, Wilson había tomado fotos en cada una de sus visitas a la mansión y, en algún momento, preguntó a Finkel si podía usar el lugar para organizar la boda: “Unos meses después, este chico le preguntó a Nathan si podía usar el patio trasero para su boda. Nathan dijo que no”.
Además, aparte de la celebración de la ceremonia, la pareja había invitado a los convocados al evento al día siguiente para la organización de un almuerzo. “Nos sentimos honrados de invitarlo a volver a nuestra casa para disfrutar de un maravilloso brunch dominical. A nuestros huéspedes les servirán delicias de nuestro reconocido chef en nuestra piscina estilo centro turístico mientras se entretienen con los sonidos de una banda de jazz en directo”, dictaba el sitio web.