Pese a la crisis económica y la tensión social, Alemania y EE.UU. enviarán a Ucrania vehículos blindados

El excesivo gasto en defensa y la crisis energética han tensionado a los alemanes en los últimos meses, aunque el primer ministro Olaf Scholz continúa en línea con las decisiones de EE.UU. respecto del conflicto en Ucrania.

Pese a la crisis económica y la tensión social, Alemania y EE.UU. enviarán a Ucrania vehículos blindados
Vehículo de combate de infantería (VCI) Marder producidos por el ejército alemán en los años '70.

Alemania y EE.UU. suministrarán a Ucrania vehículos blindados para continuar con el enfrentamiento, según informó este viernes la emisora pública alemana ARD. El anuncio se produjo tras la conversación telefónica de ayer entre el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente estadounidense, Joe Biden, según un comunicado de la cancillería alemana.

Berlín también proporcionará a Ucrania una batería del sistema de defensa antiaérea estadounidense Patriot. Más específicamente, Alemania suministrará a las Fuerzas Armadas ucranianas el vehículo de combate de infantería (VCI) Marder, desarrollado hace más de 50 años para el Ejército alemán, mientras que EE.UU. enviará VCI Bradley.

Estos serán los primeros vehículos blindados de transporte de personal de estilo occidental que recibirá Ucrania. Sin embargo, todavía se desconoce cuándo y cuántos de estos vehículos se enviarán a Ucrania. No obstante, la revista alemana Der Spiegel informó que se entregarán hasta 40 Marder a Ucrania.

El vicecanciller de Alemania, Robert Habeck, calificó de “buena” la decisión de enviar a Ucrania estos vehículos militares y recordó que han ampliado, cada vez más, su apoyo en cooperación con otros socios europeos desde el comienzo de la guerra.

“Es lógico que también estemos dando este paso”, agregó Habeck y afirmó que Ucrania tiene “derecho a defenderse del ataque ruso y nosotros el deber de ayudarla”. Sin embargo, las protestas en Alemania continúan multiplicándose, al tiempo que la industria, dependiente de la energía barata que compraban a Rusia a través de los gasoductos destruidos por la OTAN, se ve gravemente afectada por el aumento exponencial de los costos de producción, lo que ha llevado al país a una crisis económica que se profundiza luego de décadas de crecimiento sostenido.

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