El candidato presidencial de izquierda, Pedro Castillo, se presenta como ganador del ajustado balotaje del domingo en Perú, donde un escrutinio a cuentagotas 48 horas después sigue sin arrojar vencedor oficial, aunque el profesor rural se impone con 50,2% de los votos sobre la líder derechista Keiko Fujimori con 49,8% (98,3% de las mesas de sufragio escrutadas).
En un mensaje ante seguidores en la sede de su partido Perú Libre en el centro de Lima, Castillo dijo que sus observadores dan por contada la victoria presidencial en segunda vuelta, instó a sus seguidores a no caer en provocaciones e incluso agradeció saludos “por su victoria” enviados por países de América Latina.
”Seremos un gobierno respetuoso de la democracia, de la Constitución actual y haremos un gobierno con estabilidad financiera y económica”, dijo Castillo la noche del martes desde un balcón ante cientos de seguidores.
”Quiero expresar a nombre del pueblo peruano a las personalidades de diferentes países que hoy en la tarde han venido expresando el saludo al pueblo peruano”, agregó en alusión a mensajes de “embajadas y gobiernos de América Latina y de otros países”.
Pese a la acotada distancia entre Castillo y Fujimori, la contienda sigue abierta, según fuentes del órgano electoral (ONPE).
Como en las tres últimas elecciones presidenciales en Perú, casi tan ajustadas como la actual, el conteo oficial demora a la espera de los votos de las zonas rurales, selváticas y del exterior, donde están registrados un millón de electores.
En el exterior, Fujimori consigue hasta ahora el 66,48% de los sufragios frente al 33,51% de su rival, con el 89,47% de estas mesas escrutadas.
Pero “remontar esa diferencia va a ser muy difícil, deben quedar más votos por contar en Perú que en el extranjero”, dijo a la AFP el analista Hugo Otero.
El analista alude a que la ONPE todavía debe contabilizar poco menos del 2% de las mesas de sufragio de Perú, la mayoría de zonas remotas que pueden aportar a Castillo más votos que los que faltan del exterior.
”Creo que Castillo va a ganar, pero hay que esperar hasta que la ONPE dé el resultado oficial”, expresó Otero.
Al cierre de la votación el domingo, la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori lideraba el conteo de votos pero a medida que avanzó el conteo Castillo le fue pisando los talones hasta aventajarla por décimas -hasta con más de 100.000 votos de diferencia el martes en la noche.
Fujimori denunció el lunes “indicios de fraude” después de que Castillo la sobrepasó.
La ONPE niega la posibilidad de fraudes, lo mismo que la Misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) que calificó el proceso de normal y transparente.
”Miente, miente, más de lo mismo: El Fujimorismo”, tituló un comunicado del partido de Castillo emitido la madrugada de este miércoles donde señala que “no es un secreto la vieja práctica del fujimorismo sobre fraudes electorales”.
Entre otras cosas el partido de Castillo recuerda “la venganza de la señora Keiko Fujimori por no aceptar los resultados en el año 2016”, cuando ella perdió ante Pedro Pablo Kuczynski por estrecho margen (50,12% vs 49,88%). Aquella impugnación de actas de la ONPE tardó siete días en declarar a su rival oficialmente Presidente de Perú.
Mientras los partidarios de Castillo empiezan a cantar victoria, unos 200 seguidores de Fujimori, en su mayoría de las clases media y altas de Lima, se congregaron el martes en la tarde frente a la sede de la ONPE para denunciar “fraude”.
La incertidumbre se acentúa en un país sumido en convulsiones políticas que condujeron a tener cuatro presidentes desde 2018, tres de ellos en cinco días de noviembre pasado.