Cinco hombres tripulantes de un barco petrolero pasaron una temible situación de abandono de persona, luego de que el barco en el que viajaban quedara encallado y la empresa para la que trabajaban, lejos de ayudarlos, decidió no hacerse caro de la situación. Los marineros quedaron varados, sin sueldo y buscando la solución de poder volver cada uno a su tierra natal.
Finalmente, luego de 32 meses de abandono, sin cobrar y sin abandonar el buque los tripulantes del barco -que encalló frente a Emiratos Árabes Unidos- y tras un acuerdo extrajudicial serán indemnizados y repatriados en marzo.
Qué sucedió y por qué el abandono
Los cinco tripulantes quedaron varados luego de que Alco Shipping, una de las empresas navieras más grandes de Emiratos Árabes Unidos, se presentara con dificultades financieras y dejara de pagar salarios.
Pero al momento de la decisión los hombres, oriundos de Panamá, estaban en las costas los Emiratos. No abandonaron el barco porque si lo hacían temían perder el derecho a reclamar los derechos que debían. La compañía no se les volvió a pagar los sueldos y los hombres debieron verse obligados a depender de organizaciones benéficas para conseguir comida y agua.
No obstante, si la tripulación ponía un pie en tierra, se arriesgaban a ser detenidos porque no tenían los documentos en regla como por ejemplo, el pasaporte de Nay Win, el jefe de máquinas de 53 años, oriundo de Birmania que se le había vencido mientras estaba en el mar y luego con el golpe militar en su país, no tenía cómo conseguir uno nuevo.
Volver a casa
Esta semana, los cinco tripulantes hicieron un breve y emotivo viaje a tierra firme para reunirse con representantes de Alco Shipping en la playa de Umm Al Quwain. Allí, la tripulación recibió dos cheques de un nuevo comprador, la empresa Shark Power Marine Services, que a través de la organización benéfica Mission to Seafarers, estuvo negociando en su nombre.
Aceptaron 165.000 dólares en concepto de salarios impagados, entre el 65% y el 70% de lo que se les debía.
Ahora están evaluando los daños que sufrió el petrolero en enero cuando se rompieron dos anclas en medio de un mar revuelto en el puerto de Al Hamriya, al norte de Dubai. Por lo que la tripulación pasó unas 12 horas aterradoras mientras el barco se escoraba en un ángulo de 45 grados y empezaba a ir a la deriva corrientes del Golfo, antes de encallar finalmente en la arena, a metros de la playa.
Por su parte, Nay Win le explicó a los medios locales que el comprador les ha prometido que volverán a sus hogares y que espera volver a casa poco después del 5 de marzo. “Mi familia está muy contenta”, expresó Win, mientras que Riasat Ali, un segundo ingeniero de 52 años procedente de Pakistán, aseguraba la felicidad que significa volver a casa. Llevan a bordo de la embarcación desde julio de 2017.
El resto de la embarcación son Monchand Sheikh, un cocinero indio, de 26 años, que se unió a finales de 2018, Vinay Kumar, de 31 años, otro ingeniero, y Nirmal Singh-Bora, de 22 años, ambos de India, que se unieron a finales de 2019.
“Con suerte, si todo va bien, dentro de 15 días llegarán al puerto de Dubai y todo estará preparado para que puedan regresar a sus hogares”, explicó el reverendo Andy Bowerman, director regional de Mission to Seafarers en Oriente Medio y el sur de Asia.
Bowerman explicó también que la reunión fue muy emotiva ya que era la primera vez que algunos de los tripulantes pisaban tierra en casi cuatro años. “La tripulación nadó hasta la orilla. Nay Win estaba llorando. Bajó del barco y yo tenía un cheque en las manos. Pero, por desgracia, no podían irse a casa”, detalló.
“La tripulación es la fuerza de trabajo que mantiene a las embarcaciones en el mar. Sus derechos, su bienestar, sus salarios y sus condiciones deben estar en el centro de las prioridades”, dice.