Kambou Sie, un joven de 18 años que es oriundo de Costa de Marfil, es el protagonista de una historia de vida muy dura, que tras años de sufrimiento pudo tener recompensa. Debido a un tumor facial, su cara se desfiguró, por ese motivo su propia madre lo abandonó y sufrió mucha discriminación. Finalmente dio con un grupo de médicos que lo pudo operar y cambiarle la vida.
El joven padeció de linfoma de Burkitt, enfermedad que le desfiguró su rostro. Y según informó la organización británica contra el cáncer, Macmillan, esta malformación se genera en el sistema linfático y se desarrolla cuando el organismo produce glóbulos blancos anormales.
La manifestación más extrema que presenta es la formación de tumores en zonas como el abdomen o el rostro, además está acompañado de dolor, hinchazón, náusea y hasta diarrea. Sumado a ello, suma que la especie endémica se encuentra en África, por lo que su población está más expuesta a contraerlo.
Kambou Sie viajó desde Bondoukou, su ciudad natal en Costa de Marfil, hasta Italia para someterse a un tratamiento que permitiera hacer frente al tumor que le afectaba a toda la cara. Con el miedo de no saber si funcionaría.
Cirugía con éxito
Las fotos del antes y el después muestran la sorprendente transformación del joven luego de que los cirujanos le reconstruyeran la cara. El adolescente, apodado Prosper, tenía 10 años cuando la agresiva masa empezó a aparecer en su mejilla.
Pero de niño no se trató y con el paso de los años ese tumor empezó a engrosar por completo sus rasgos faciales afectando su vista y el resto de su cara. A medida que crecía el tumor, su comunidad lo fue dejando de lado, porque nadie entendía su condición y pensaba que era contagioso. Entre ellos, su propia madre.
La única persona que le dio todo su apoyo fue su padre. Tras llegar al Hospital Pascale de Nápoles, las pruebas revelaron que el tumor era una forma rara de cáncer llamada linfoma de Burkitt, que ataca al sistema inmunitario.
El adolescente debió someterse a seis meses de quimioterapia, radioterapia y sustitución de células madre para reducir el tumor. Prosper dijo a los medios: “Cuando llegué aquí, a menudo tenía miedo. Creo que el miedo era lo único que sentía. Mi nariz me tapaba la vista. Tenía que taparme la nariz para poder ver”.
“A los tres días de empezar la quimioterapia me di cuenta de que ya no necesitaba taparme la nariz para ver. Estoy muy contento porque cuando salgo no lloro. Me alegra conocer a la gente. Salgo, me divierto, juego. No tengo problemas. Soy muy feliz”, agregó.
Una vez que el cáncer fue erradicado, los cirujanos le reconstruyeron la cara. Por su parte, el doctor Franc Ionna, explicó que los resultados en cerca de un año fueron asombrosos, pero aún quedan estructuras que mejorar en el joven.
“Hay un defecto en el desarrollo de los huesos faciales. Tiene una alteración del hueso facial. Además, hay una asimetría el lado izquierdo es diferente al derecho. Un lado tiene demasiado hueso en el otro es un déficit”, detalló.
Y a eso agregó: “Tomará varias cirugías, ya que el cáncer ha afectado la estructura ósea del cráneo de Prosper. El lado derecho de la cara del menor tiene un hueso de la mejilla poco desarrollado y una cavidad ocular, que deberá ser reconstruida”.
En declaraciones con The Sun, el joven aseguró que se siente como un “hombre nuevo” tras todo el tratamiento, aunque sabe que faltan etapas para lograr un rostro definitivo y volver a su país.
“Mi cara ha cambiado. Esto no ha terminado, pero ha cambiado. Yo también he mejorado, no soy como antes”, relató.