Los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hicieron el martes una advertencia a Rusia sobre un “alto precio” a pagar por una eventual invasión a Ucrania, al fin del primer día de una reunión en Letonia para discutir como responder a la elevada tensión en la frontera ruso-ucraniana.
Stoltenberg dijo que la OTAN debe siempre “estar preparada para lo peor, y necesitamos enviar a Rusia un mensaje de que no deben conducir una incursión militar en Ucrania”. Poco antes de la reunión, el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, también había formulado una advertencia a Moscú.
“Cualquier escalada por parte de Rusia sería muy preocupante tanto para Estados Unidos como para Letonia, y cualquier agresión podría provocar consecuencias serias”, dijo en una conferencia de prensa en Riga. No obstante, Stoltenberg y Blinken evitaron ofrecer detalles sobre las posibles respuestas de la OTAN.
El punto excluyente de la agenda de esta reunión de dos días es la enorme concentración militar rusa a lo largo de la frontera de ese país con Ucrania, una situación que hizo encenderse las luces de alerta en toda la región. Simultáneamente, en Moscú el presidente ruso, Vladimir Putin, recordó que no es la primera vez que los países de la OTAN insisten con el fantasma de una incursión rusa en Ucrania.
“Ellos hablan de una posible intervención militar rusa en Ucrania desde comienzos del año. Pero como pueden ver, tal cosa no sucedió”, dijo Putin, quien rechazó las “amenazas” occidentales.
Ucrania solicitó el lunes a sus aliados occidentales “actuar” rápidamente para disuadir a Rusia de una eventual invasión a su territorio, intención que el Kremlin niega por completo.
Esta reunión de cancilleres se produce en un momento volátil en el flanco este de la OTAN, ya que los aliados también se enfrentan a una crisis migratoria que, según afirman, está impulsada por Bielorrusia y respaldada por Rusia. Rusia, que anexó la península de Crimea en 2014 y respalda a los separatistas que luchan contra el gobierno de Ucrania, ha negado rotundamente que esté planeando un ataque, y responsabiliza a la OTAN de alimentar las tensiones.