Una serie de ataques sacudió la capital ecuatoriana, Quito, evidenciando la creciente influencia del crimen organizado en un país que alguna vez fue considerado un refugio de paz en medio de la turbulencia de la región.
La ola de violencia comenzó en la noche del miércoles, cuando la ciudad se vio sacudida por explosiones de granadas y atentados con coches bomba. El blanco de estos ataques fue la autoridad encargada de las prisiones en Ecuador (SNAI), un organismo estatal que gestiona instalaciones penitenciarias que, lamentablemente, se convirtió en centros de operaciones para bandas de narcotráfico.
Si bien los ataques no dejaron víctimas mortales, subrayan la audacia y la sofisticación de las tácticas empleadas por el crimen organizado en el país. Los dos coches bomba, un sedán y una camioneta, estaban cargados con cilindros de gas, según confirmaron reporteros de AFP presentes en el lugar. Uno de los coches explotó frente a la sede actual de la SNAI, mientras que el otro estalló cerca de un edificio que antes albergaba sus oficinas.
El general Pablo Ramírez, director de Investigación Antidrogas de la policía, informó a los medios que el sedán contenía “dos cilindros de gas con combustible, mecha lenta y aparentemente tacos de dinamita”. Afortunadamente, no se registraron víctimas humanas, aunque los daños materiales fueron significativos.
Este tipo de ataques marca un cambio en la dinámica de la violencia en Ecuador. A pesar de los asesinatos y extorsiones que se volvieron más comunes en los últimos tiempos, este nivel de coordinación y uso de explosivos en la capital es poco frecuente.
Las investigaciones iniciales apuntan hacia la guerra territorial entre las bandas de narcotraficantes como posible motivación detrás de estos ataques. El mismo día de los atentados, el SNAI había ordenado el traslado de reclusos a otras prisiones, con el objetivo de prevenir enfrentamientos mortales entre estas facciones. Esta reorganización podría haber sido el desencadenante para los atentados con coches bomba.
SEIS PERSONAS DETENIDAS POR LAS EXPLOSIONES:
En un operativo de respuesta, seis personas, incluyendo a un ciudadano colombiano, fueron arrestadas a varios kilómetros del lugar de una de las explosiones. Según el general Ramírez, estos individuos tienen antecedentes por delitos graves como extorsión, robo y asesinato, y se sospecha que están vinculados a los ataques.
“Tres de ellos fueron detenidos hace 15 días por el robo de un camión y secuestros extorsivos en diferentes puntos de la ciudad y fueron liberados con medidas sustitutivas”, apuntó el jefe policial.
La violencia se recrudece en medio de la campaña electoral para las presidenciales en Ecuador, previo al balotaje del 15 de octubre. Uno de los candidatos favoritos, el experiodista Fernando Villavicencio, fue asesinado a tiros por sicarios colombianos el 9 de agosto en Quito.
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