Siempre pensamos en lo difícil que es pasar navidades lejos de casa, ni imaginarse lo difícil que es sin la comida que nos encanta para estas fechas. Por eso el pasado 6 de diciembre, la NASA y SpaceX enviaron con éxito una de sus cápsulas Dragon rumbo a la Estación Espacial Internacional.
La nave espacial llevaba a bordo un festín de Navidad que consiste en: “pavo asado, aderezo de pan de maíz, salsa de arándanos, galletas de mantequilla y glaseado”, según informó Associated Press. Una selección de productos navideños muy típica en las cenas de nochebuena de los estadounidenses y con la que tal vez los astronautas sientan menos tristeza de encontrarse a miles de kilómetros de la Tierra.
El cargamento de 2.900 kilogramos además incluye miles de millones de microbios y muestras de asteroides triturados para un estudio de biominería y un nuevo dispositivo médico que proporciona resultados rápidos de pruebas sanguíneas para los astronautas en el espacio.
Dragon despegó en el propulsor Falcon 9 desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida, marcando el cuarto vuelo de este cohete, que luego aterrizó con éxito en un avión no tripulado en el océano Atlántico.
Momento histórico para el descubrimiento del espacio
Para SpaceX se marca su 21º misión de reabastecimiento exitosa y así se consigue otro momento histórico por dos motivos: fue la primera vez que el acoplamiento ocurrió de forma autónoma en un vehículo de reabastecimiento de SpaceX y fue también la primera vez que la compañía de Elon Musk tenía dos cápsulas Dragon en órbita al mismo tiempo.
Kenny Todd, subdirector del programa de la estación espacial de la NASA, dijo que especialmente para la astronauta Kate Rubins, una cazadora de virus que realizó la primera secuenciación de ADN en el espacio hace unos años, los miles de millones de microbios y muestras de asteroides trituradas para un estudio de biominería que iban en la nave son “el mejor regalo de Navidad”.