Este domingo, a los 100 años, murió James “Jimmy” Carter, quien fuera presidente de Estados Unidos entre 1977 y 1981. La noticia la confirmó su hijo a medios locales y generó una repercusión inmediata en el ámbito político global.
Según trascendió, el exmandatario murió en su hogar en Georgia tras pasar el último año en cuidados paliativos. Su hijo, Chip Carter, manifestó que su padre fue “un héroe para quienes creen en la paz, los derechos humanos y el amor desinteresado”.
“Mis hermanos, mi hermana y yo lo compartimos con el resto del mundo a través de estas creencias comunes. El mundo es nuestra familia por la forma en que unió a las personas y les agradecemos por honrar su memoria al seguir viviendo estas creencias compartidas”, escribió Chip en un comunicado oficial.
El demócrata será recordado por los acuerdos de Camp David, que lograron la paz entre Egipto e Israel en 1978, y además por establecer relaciones diplomáticas con China durante la Guerra Fría. Estos logros le valieron el Premio Nobel de la Paz en 2002.
Cabe recordar que su presidencia enfrentó desafíos económicos, como la inflación y una crisis energética que triplicó los precios del petróleo entre 1978 y 1980. Además, la crisis de los rehenes en Irán y una fallida operación de rescate debilitaron su liderazgo, contribuyendo a su derrota frente a Ronald Reagan en 1981.
Tras abandonar la Casa Blanca, Carter dedicó su vida al activismo humanitario y a la Fundación Carter, que combatió enfermedades como el gusano de Guinea y promovió elecciones justas en países en desarrollo. También fue un defensor del medio ambiente y un crítico de políticas como la invasión a Irak y la vigilancia gubernamental sin autorización.
Según detalló el diario The Guardian, habrá homenajes públicos en Atlanta y Washington D.C., seguidos de un entierro privado en su ciudad natal.