Las fuerzas de Rusia continuaron el lunes con su dura campaña para capturar la capital de Ucrania, al día siguiente de un ataque a una base militar cerca de la frontera con Polonia que llevó la guerra peligrosamente cerca del umbral de la OTAN. Mientras que una nueva ronda de conversaciones entre funcionarios rusos y ucranianos avivó la esperanza de que pudieran hacerse avances en la evacuación de civiles de ciudades ucranianas asediadas y llevar suministros de emergencia a zonas donde faltan agua, comida y medicamentos.
Las alarmas antiaéreas sonaron en ciudades y pueblos de todo el país durante la noche, desde la frontera con Rusia al este a los Cárpatos en el oeste. Autoridades ucranianas informaron de ataques de artillería rusa contra suburbios de la capital, un importante objetivo político y estratégico para la invasión, que comenzaba su 19no día.
Dos personas murieron y siete resultaron heridas después de que las fuerzas rusas golpearan una fábrica de aviones, según las autoridades ucranianas. La fábrica de aviones Antonov es la más grande de Ucrania, conocida principalmente por producir muchos de los aviones de mercancías más grandes del mundo.
Dos personas murieron por fuego de artillería contra un edificio de apartamentos de nueve plantas en un distrito en el norte de la capital, según las autoridades. Los bomberos trabajaban para rescatar a sobrevivientes se cargaron con cuidado a una mujer herida sobre una camilla para alejarla del edificio humeante y tiznado de negro.
Un concejal de Brovary, al este de Kiev, murió en los combates en la zona, según las autoridades. También cayeron proyectiles en las localidades de Irpín, Bucha y Hostomel, que han visto algunos de los peores combates dentro de los infructuosos esfuerzos de Rusia por tomar Kiev, según dijo en la televisión ucraniana el administrador jefe de la región, Oleksiy Kuleba.
Se esperaba que el lunes hubiera una cuarta ronda de conversaciones por videoconferencia entre funcionarios rusos y ucranianos para abordar la entrega de ayuda a ciudades y pueblos bajo ataque, entre otros asuntos, según las autoridades ucranianas.
La cercada ciudad de Mariúpol, en el sur, y dónde la guerra ha provocado algunos de los peores episodios de sufrimiento, sigue aislada pese a las conversaciones anteriores sobre caravanas de ayuda o de evacuación.
Una mujer embarazada que se convirtió en un símbolo del sufrimiento de Ucrania cuando fue fotografiada tras el ataque a un hospital de maternidad en Mariúpol ha muerto junto con su bebé, según supo Associated Press. Las imágenes de la mujer trasladada en camilla a una ambulancia habían dado la vuelta al mundo y concretado el horror de un ataque a los más inocentes.
El gobierno anunció planes de nuevos corredores humanitarios y de ayuda, aunque los ataques continuados han desbaratado esfuerzos similares en la última semana.
Estaba previsto que el lunes se celebrase una cuarta ronda de conversaciones entre funcionarios rusos y ucranianos, la primera en una semana, según el asesor presidencial ucraniano Mykhailo Podolyak. La reunión se celebraría por videoconferencia. Las anteriores fueron casa a cara en Bielorrusia.
El diálogo del lunes será “dura”, escribió Podolyak en Twitter. “Aunque Rusia se dé cuenta de lo absurdo de sus acciones agresivas, aún se hace ilusiones de que los 19 días de violencia contra ciudades pacíficas (ucranianas) son la estrategia adecuada”.
Las esperanzas de progresos llegaron al día siguiente de que misiles rusos impactaran contra una base militar del oeste de Ucrania crucial para la cooperación entre Kiev y los países de la OTAN que ayudan a su defensa.
En el ataque murieron 35 personas, según las autoridades ucranianas. La ubicación de la base, cerca de la frontera polaca, elevó la posibilidad de que la alianza se vea arrastrada a participar en la guerra, y estuvo cargado de simbolismo en un conflicto que ha revivido añejas rivalidades de la Guerra Fría y amenaza con reescribir el orden global de seguridad actual.
El presidente ucraniano Volodímir Zelenski lo llamó un “día negro” y nuevamente instó a los líderes de la OTAN a establecer una zona de restricción aérea sobre el país, un pedido que Occidente ha dicho que podría provocar que la guerra se convierta en una confrontación nuclear.
”Si no cierran nuestro cielo, es sólo cuestión de tiempo para que los misiles rusos caigan en su territorio, en territorio de la OTAN. En las casas de los ciudadanos de países de la OTAN’', declaró Zelenskyy. El mandatario instó al presidente de Rusia, Vladimir Putin, a reunirse directamente con él, una petición que no ha obtenido respuesta del Kremlin.
Los ataques aéreos alcanzaron edificios residenciales cerca de la importante ciudad sureña de Mykolaiv, así como en la ciudad oriental de Járkiv, y derribaron una torre de televisión en la región de Rivne, en el noroeste, según la presidencia ucraniana. Durante la noche se oyeron explosiones en torno al puerto de Jersón, junto al Mar Negro y ocupado por Rusia.
Tres ataques aéreos golpearon la ciudad norteña de Chernígov durante la noche y la mayoría de la ciudad estaba sin calefacción. Varias zonas llevaban días sin electricidad. Trabajadores de compañías eléctricas trataban de restaurar la energía, pero a menudo eran blanco de proyectiles.
Aunque el ejército ruso es mayor y está mejor equipado que el ucraniano, las tropas rusas han encontrado una resistencia mayor de lo esperado, reforzadas por un apoyo armamentístico occidental que ha frustrado al presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Su avance se ha trabado en varios lugares y han bombardeado varias ciudades sin descanso, alcanzado dos docenas de instalaciones médicas y creado una serie de crisis humanitarias.
Las tropas de Moscú no hicieron grandes avances en las 24 horas previas, según dijo el lunes por la mañana el Estado Mayor ucraniano. El Ministerio ruso de Defensa, en cambio, dijo que sus fuerzas habían avanzado 11 kilómetros (7 millas) y alcanzado cinco localidades al norte de Mariúpol.
Por su parte, el presidente estadounidense Joe Biden envió a su asesor de seguridad nacional a Roma para reunirse el lunes con un funcionario chino, en medio de preocupaciones en Washington de que Beijing esté promoviendo la desinformación rusa y pueda ayudar a Moscú a evadir las duras sanciones impuestas por Occidente.
Las Naciones Unidas han registrado al menos 596 decesos de civiles, pero se cree que la cifra real es mucho mayor, y la fiscalía general de Ucrania indicó que el número incluye a por lo menos 85 niños. Más de 2,7 millones de personas han escapado del país en medio de la mayor guerra terrestre en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.