Dos astronautas estadounidenses, Barry “Butch” Wilmore y Sunita Williams, partieron el 5 de junio en una misión de prueba hacia la Estación Espacial Internacional, con la expectativa de regresar a la Tierra en pocos días. Sin embargo, casi dos meses después, siguen en el espacio, enfrentando la posibilidad de, potencialmente, pasar la Navidad y el Año Nuevo en órbita.
La misión, que fue la primera en usar la nueva nave espacial Starliner, tenía como objetivo evaluar su funcionamiento antes de utilizarla regularmente. Sin embargo, durante la aproximación, surgieron problemas como fugas en el sistema de propulsión y el apagado de algunos propulsores, lo que pone en duda su capacidad para regresar a la Tierra.
Aunque los astronautas llegaron a la estación espacial de manera segura, ahora dependen de un transporte alternativo si la Starliner no se considera segura para el retorno. Según declaraciones de Steve Stich, del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, están evaluando opciones para asegurar un regreso seguro.
Las posibilidades incluyen que Wilmore y Williams regresen a la Tierra en una misión de la Crew Dragon de SpaceX, la empresa dirigida por Elon Musk, programada para septiembre, lo que extendería su estadía en el espacio hasta febrero de 2025. Mientras tanto, la Starliner podría regresar sin tripulación, bajo control informático.
Este contratiempo representa un golpe significativo para Boeing, que ha intentado competir con SpaceX y su nave Crew Dragon, que ha sido utilizada por la NASA desde 2020. Recientemente la NASA utilizó un cohete de SpaceX para enviar más suministros a la estación, incluidos alimentos y ropa adicional para los astronautas varados. A pesar de los desafíos, ambos astronautas se mostraron optimistas en sus comunicados, destacando que se sienten cómodos y ocupados en la ISS (Estación Espacial Internacional por sus siglas en inglés), donde se han integrado plenamente con el equipo.
Boeing tenía la esperanza de que esta misión inaugural de la Starliner estableciera la ruta para su uso regular en misiones de ida y vuelta a la estación espacial. No obstante, con los problemas técnicos que enfrentaron, su situación es incierta y dependerá del análisis y decisiones que tome la NASA en las próximas semanas. Mientras tanto, los astronautas mantienen una actitud positiva, aunque podrían estar en el espacio mucho más tiempo del previsto.
La situación de Wilmore y Williams, aunque inesperada, no es única. Otros astronautas han pasado períodos significativamente más largos en el espacio, como el ruso Valeri Polyakov, que estuvo 437 días en la estación Mir, o Frank Rubio, que el año pasado regresó de la ISS tras 371 días. Con este precedente, la misión de Wilmore y Williams podría convertirse en otro ejemplo de resistencia en la historia de la exploración espacial.