En medio de las advertencias de una crisis de alimentos mundial causada por la pandemia y la guerra en Ucrania, el subdirector general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Abdul Hakim Elwaer, aseguró que no habrá hambruna, pero sí una larga escasez de alimentos, especialmente en los países con baja capacidad de producción.
Al mismo tiempo, Elwaer aseguró que más de 800 millones de personas en el mundo ya enfrentan inseguridad alimentaria; agregó que el problema no se puede generalizar y depende de los países. El funcionario señaló que la crisis alimentaria no comenzó hoy, ya que la región de Oriente Medio y el norte de África (MENA) ha estado lidiando con ella durante mucho tiempo. Elwaer señaló, además, que las fuentes de agua ya no son estables, “así que ya no podemos depender de la misma producción de cultivos y las mismas temporadas de cosecha de siempre”.
Rusia, Ucrania y la región del Mar Negro brindan una buena alternativa para el suministro de alimentos baratos para la región más cercana del norte de África. Tras el comienzo de la guerra, los precios de los alimentos básicos como el trigo, el aceite y el azúcar aumentaron significativamente. El precio de la tonelada de trigo aumentó de USD 300 a USD 500, por lo que varios países, incluidos Rusia, Ucrania, India y Kazajistán, suspendieron o limitaron las exportaciones de estos productos de primera necesidad.
“Con la COVID-19 las cadenas de suministro se interrumpieron y fue como un llamado de atención”, subrayó Elwaer. “Todos los países se dieron cuenta de que existe una grave amenaza en la cadena de suministro de alimentos debido al ingreso de desventajas”, agregó el funcionario de la ONU. Elwaer agregó que algunos países aún están seguros, pero están entrando en pánico porque quieren encontrar recursos alternativos. Además, faltan recursos hídricos y los suelos se están volviendo más duros y sólidos.
“Así que se necesitan fertilizantes más especializados, los fertilizantes sintéticos pueden compensar todas estas condiciones. No hay forma de que podamos mantener nuestros niveles de producción a nivel nacional sin el uso de fertilizantes”, agregó. Rusia produce y exporta una gran cantidad de fertilizantes y su producción depende en gran parte de los precios del gas natural, aseguró el funcionario de la FAO. Pronto habrá una gran demanda de petróleo y gas, lo que implica un aumento en los precios de los fertilizantes y una escasez. “Entonces la crisis se intensificará”, dijo, al destacar que el mundo está en una calma antes de la tormenta.
Los países deben revisar sus políticas a largo plazo sobre el consumo y reducir el desperdicio de alimentos, resaltó, y agregó que una gran cantidad de alimentos importados se desperdicia.