El secretario de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, adelantó que va a presentar cargos ante la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, para que impute y emita una orden de arresto contra el presidente Nicolás Maduro por el “baño de sangre” en Venezuela, donde al menos 11 civiles murieron en protestas por su reelección.
”Maduro prometió un baño de sangre (...) y lo está haciendo. Es el momento de presentar cargos de imputación y orden de captura por parte de la Corte Penal Internacional contra los principales responsables, incluido Maduro”, escribió el secretario general de la Organización de Estados Americanos en X.
“Es hora de la Justicia y nosotros vamos a solicitar la imputación de cargos con orden de aprehensión”, afirmó Almagro durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA celebrada en Washington, en la que invitó a los Estados miembros a sumarse a la petición.
El secretario general dijo que “teniendo en cuenta” la investigación que lleva a cabo la Fiscalía de la CPI sobre presuntos crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela desde 2014, ha llegado “el momento de presentar cargos de imputación contra aquellos más responsables, incluyendo a Maduro”.
Según Almagro, el presidente venezolano se encargó de dirigir la instrucción de la implementación de la represión contra el pueblo venezolano.
Maduro expresó antes de los comicios, durante un acto electoral, que Venezuela podría caer en un “baño de sangre, en una guerra civil” si él no ganaba las elecciones. “Fue algo que impresionó cuando lo dijo, pero me impresiona mucho más cuando lo está haciendo”, declaró Almagro.
La crisis en Venezuela se agudizó desde que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó la victoria de Maduro en las elecciones del pasado domingo, unos resultados rechazados por la oposición y buena parte de la comunidad internacional, que exige ver las actas de votación para verificar el resultado.
Este miércoles, el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) rechazó una resolución para exigir transparencia al gobierno de Venezuela sobre las cuestionadas elecciones, al no alcanzar la mayoría absoluta de sus Estados miembros. Colombia y Brasil se abstuvieron, mientras que México se ausentó, y así favorecieron a Maduro.