La historia de Jimmy Newell, el abuelo inglés que parece que tenía su destino fijado de antemano, sorprende a todos. Resulta que este hombre llegó al mundo cuando las campanas del Ayuntamiento de Leeds, Inglaterra, acababan de sonar a las 12.01 del 11 de octubre de 1913.
103 años después, cuando el reloj marcó las 12.01 del 11 de octubre del 2016, Jimmy falleció, el mismo día y en la misma hora en que había nacido. Lo que sorprendió a más de uno por la perfección de la casualidad.
Él sabía que iba a morir ese día y a esa hora
Su hijo Graham, en diálogo con los medio ingleses explicó que le sostenía la mano cuando Jimmy murió. El hombre, que tiene 70 años, cree que su padre sabía que iba a morir ese día y a esa hora.
Y detalló: “Siempre nos dijo que quería cumplir 103 años. Ni 80, ni 90 ni 112. Quería llegar a los 103 e irse de este mundo. Y quería que sucediera el día de su cumpleaños, a la hora en que nació. Creo que estaba tan determinado, que lo logró”.
Graham vive en Brighton, dijo que su padre había sufrido una caída 16 días antes de morir. A pesar de su avanzada edad, vivía sólo y fue trasladado al Hospital Torbay para una operación de cadera, pero nunca regresó a casa.
“Practicaba mucho deporte y estaba totalmente vital y lúcido a pesar de su edad. Si no hubiera sido por su caída íbamos a llevarlo a España para celebrar su cumpleaños. Él tenía otros planes”, agregó.
La probabilidad de morir el mismo día y hora en que naciste es de aproximadamente 200 millones a una. “Se trata de la coincidencia de todas las coincidencias”, declaró Rupert Adams, portavoz de la casa de apuestas Wiliam Hill.
Jimmy, era un bisabuelo aclamado como pionero de la informática en la Segunda Guerra Mundial, amó la vida y fue recompensado por ella.
Su hijo asegura que la caída y la rotura de cadera fueron los motivos por los que el padre se entregó a la muerte, pero que le pidió a la vida, como homenaje, existir 16 días más para completar el círculo perfecto del tiempo.