El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha acusado a Jair Bolsonaro, de facilitar la extinción del pueblo indígena Yanomami, que vive a lo largo de la frontera entre Venezuela y Brasil, promoviendo la explotación minera en su territorio.
El pueblo yanomami vivió en aislamiento casi total hasta la década de 1980, cuando se encontró oro en su territorio. Desde entonces, unos 40.000 mineros ilegales se han adentrado en su territorio, propagando enfermedades como la tuberculosis y la malaria y contaminando los ríos con mercurio en su búsqueda de oro.
El 20 de enero, el Ministerio de Sanidad brasileño declaró la emergencia médica en el territorio. Según informes, 570 niños murieron de desnutrición y enfermedades prevenibles durante los últimos años, aunque se estima que la cifra puede ser mayor debido a la dificultad para censar a la población.
Desde la década de 1990 se han realizado varios estudios que han aumentado la concienciación sobre los efectos negativos que la minería ilegal de oro ha tenido en la salud de la población yanomami, compuesta por unas 30.000 personas. Estos estudios muestran que la extracción de oro está relacionada con la tuberculosis, la malaria, el envenenamiento por mercurio y la desnutrición.
Los mineros extraen oro mezclando mercurio líquido en el sedimento excavado de los ríos amazónicos. Su uso ilegal ha contaminado los territorios yanomami para la caza, la pesca y la recolección y ha provocado la deforestación de amplias franjas de la selva cercana. Un estudio publicado por Basta en 2019 reveló que los déficits nutricionales de los niños yanomami que encontraron “[eran] los más graves jamás reportados entre los niños indígenas del continente americano”.
Históricamente, los yanomami se han mantenido de la tierra. Comen caza silvestre - aves, cerdos y peces - y frutas de huertos. “El problema es que los mineros han destruido la selva”, dice Christine Haverkamp, directora de un centro alemán que investiga los efectos de la minería en el Amazonas. Y agrega: “En muchas partes del territorio yanomami, los mineros no sólo han interrumpido sino que han destruido la cadena alimentaria, haciendo imposible que los yanomami se sustenten de la tierra”.
El territorio yanomami se convirtió para los mineros armados en una zona en donde creen poder hacer lo que quiera, dice Haverkamp, quien advierte: “Si los yanomami intentan defender su terrotorio, los matan”. Esto explica por qué algunos indígenas han colaborado con los mineros. Porque no cuentan con ninguna protección real, a pesar de las declaraciones políticas a lo largo de estos años. Ahora se abrió una investigación judicial.