La junta militar de Nigeria, que dio un golpe de Estado la semana pasada para asumir el poder, aseguró este lunes que el gobierno derrocado, por medio de su ministro de Exteriores, había autorizado a Francia a realizar ataques armados para intentar liberar al presidente Mohamed Bazoum, detenido por los golpistas, y restablecerlo en sus funciones.
“En su búsqueda de vías y medios para intervenir militarmente en Nigeria, Francia -con la complicidad de algunos nigerinos- realizó una reunión con el jefe del Estado Mayor de la Guardia Nacional de Nigeria para obtener la autorización política y militar necesaria” para efectuar un ataque, dijo, leyendo un comunicado en televisión, el coronel Amadou Abdramane, uno de los líderes de la junta.
De acuerdo con sus declaraciones, la autorización para dichos ataques fue firmada por el ministro de Exteriores nigerino reconocido internacionalmente, Hassoumi Massoudou, actuando como primer ministro. Francia, antigua potencia colonial de Nigeria, había condenado el golpe y llamado a reponer al presidente elegido democráticamente, pero no había anunciado intención alguna de intervenir militarmente en el país africano.
El domingo, sin embargo, el presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió de una acción “inmediata” si los ciudadanos o intereses franceses eran atacados en Nigeria, después de que miles de nigerinos se manifestaron frente a la embajada del país europeo. El sentimiento antifrancés en algunas antiguas colonias africanas en alto, mientras el continente se convierte en un campo de batalla diplomático, con una creciente influencia rusa y china.
La junta militar, que tomó el control del país tras bloquear los accesos al palacio presidencial donde se encuentra Bazoum, había advertido contra cualquier intento internacional de rescatar al presidente, diciendo que ello desembocaría en derramamiento de sangre y caos.
Tras el golpe, el general Abdourahamane Tiani, líder de la guardia presidencial, se autoproclamó como nuevo dirigente del país. Tiani justificó el golpe por la “degradación de la situación de seguridad” en Nigeria, asolado por la violencia de grupos yihadistas como el Estado Islámico y Al Qaeda.