La insólita historia del submarino Nazi que se hundió por culpa del inodoro

Ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial. El navío tenía un innovador sistema de alta presión en sus retretes que al final le jugó en contra.

El sumergible alemán estuvo ocho días de patrullaje en el Mar del Norte. Foto: Gentileza
El sumergible alemán estuvo ocho días de patrullaje en el Mar del Norte. Foto: Gentileza

A pesar de que la Segunda Guerra Mundial estuvo marcada por el horror y muerte, también dejó algunos sucesos curiosos. Tal es el caso del submarino alemán que se hundió porque su capitán no supo cómo tirar correctamente del inodoro.

Según destaca Clarín, fue un verdadero reto para la ingeniería naval de todo el mundo en aquella época. Un problema real que podía generar consecuencias trágicas. ¿Qué hacer con los desechos humanos bajo el agua?

En principio, los soviéticos, británicos y estadounidenses utilizaban tanques sépticos dentro de sus unidades que les permitían canalizar los residuos. Por su parte, los ingenieros alemanes decidieron ahorrar ese peso y descargarlos directamente al mar. Pero esto solo podría ser posible cuando la nave se encontrara en la superficie.

El sumergible alemán estuvo ocho días de patrullaje en el Mar del Norte.
El sumergible alemán estuvo ocho días de patrullaje en el Mar del Norte.

Tecnología alemana

A medida que avanzó la guerra, la tecnología alemana también lo hizo. De esta manera, se desarrolló un sistema de evacuación fecal que funcionaba cuando el submarino se encontraba debajo del océano (así debían estar la mayor parte del tiempo). Pero aquí había un problema: cuando aumenta la profundidad, la presión del agua también lo hace. Por ende, el sistema debía ser muy preciso y todos debían seguir perfectamente las instrucciones.

El procedimiento, extremadamente complejo para la época, necesitaba de una persona especial en la tripulación que estaba destinada únicamente a esa tarea, y a la que todos debían acudir para poder utilizar el retrete. Por lo que muchas veces ir al baño resultaba una molestia.

Este revolucionario método contaba con un sistema de conductos y cámaras que expulsaban los residuos al exterior, como si fuera un disparo de aire comprimido, evitando que el agua entrara. Había una cantidad determinada de palancas y válvulas que debían abrirse y cerrarse en un orden preciso y específico. El riesgo era grande: que el agua -junto con los desechos- irrumpa y todo se echara a perder.

Inodoro de alta presión

Los submarinos nazis que contaban con ésta nueva tecnología de inodoros de alta presión llegaron relativamente tarde a la guerra. El 6 de abril de 1945 (a un mes de la capitulación de Alemania) partió del puerto noruego Kristiansand el U-1206 hacia el Mar del Norte, con el objetivo de generar tantas bajas aliadas como fuera posible.

El mandamás de este navío era el capitán Karl-Adolf Schlitt, alguien relativamente novato en su posición, que terminaría entrando en la historia de la Segunda Guerra Mundial pero no precisamente por sus logros.

Karl-Adolf Schlitt, el capitán del navío alemán.
Karl-Adolf Schlitt, el capitán del navío alemán.

A una semana de su patrullaje, mientras el sumergible nazi se encontraba cerca de las costas de Escocia, inmerso a casi 100 metros de profundidad, hubo un percance en la zona de las baterías que echó todo a perder. Todo parece indicar que el capitán tuvo la necesidad imperiosa de utilizar el baño pero, creyéndose capaz, lo hizo sin la ayuda del personal adecuado.

Ocho días de patrullaje

El capitán comenzó a abrir y cerrar las palancas y llaves necesarias mientras seguía el manual de instrucciones pero se equivocó en la secuencia de movimientos. Fue entonces cuando llamó al especialista de turno y todo se puso peor. Sin darse cuenta de lo que había hecho su capitán, el encargado de los retretes abrió la válvula exterior (la que daba directamente al mar) mientras la interior también estaba abierta.

El agua salada entró al sumergible e hizo contacto con las baterías, que estaban debajo del inodoro. La reacción entre éstos hizo que se liberaran gases tóxicos (cloro gaseoso) inmediatamente por todo el interior de la nave. El capitán dio la orden de salir a la superficie para ventilar el submarino pero fueron atacados por los enemigos.

La aviación británica alcanzó a divisar el buque nazi en las costas escocesas y le disparó inmediatamente. Un tripulante falleció por los impactos y otros tres se ahogaron. Luego, el capitán Schlitt ordenó la evacuación total en botes salvavidas para poder ser rescatados. Treinta y seis miembros fueron salvados por pequeñas embarcaciones y otros diez llegaron a la orilla y fueron capturados por las fuerzas aliadas.

Sin embargo hay una voz disidente. Según el informe del capitán, éste adjudica los problemas a la falla de una válvula. Tiempo después afirmó que mientras se encontraba reparando los daños que había recibido el submarino en uno de los motores de diésel le informaron que había un problema en el retrete. Acudió al llamado y el desenlace ya es conocido. Curiosamente, el submarino U-1206 no tuvo bajas durante los 8 días que estuvo de patrullaje pero terminó hundiéndose de la manera más insólita.

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