La transición del poder en Colombia ya comenzó, luego de que en el balotaje se impusiera la fórmula de izquierda Gustavo Petro-Francia Márquez. Dicha pareja ejecutiva reúne varias características que le dan al proceso rasgos de inédito, entre ellos destaca que Petro tuvo militancia en la guerrilla y Márquez es la primera afrodescendiente que llega al Ejecutivo nacional.
En ese contexto, la vicepresidenta saliente Marta Lucía Ramírez y la entrante mantuvieron una reunión en la Casa de Nariño, la residencia oficial del gobierno. Y fue en ese encuentro cuando se vivió un tenso momento entre ambas mujeres y el personal que trabaja en el lugar.
Es que cuando llegó el momento de presentar a las empleadas domésticas, Ramírez pasó por al lado de ellas casi sin inmutarse. Sin embargo, Márquez se detuvo y saludó una por una, situación que le provocó nervios a su par: se quedó a un costado, se tocó el pelo, miró de reojo y continuó caminando.
Tal diferencia en el trato tuvo sus repercusiones en las redes sociales y provocó un acalorado debate que obligó a la Vice en funciones a tener que hablar sobre lo ocurrido. A través de su cuenta oficial de Twitter, la funcionaria aseguró que “Sembrar odio es el deporte preferido de algunos. El mío es trabajar con amor por Colombia y por los que trabajan conmigo”.
“Ya tendrá la nueva vicepresidenta la oportunidad de conocer mejor a cada una de las niñas que nos acompañan en la oficina y abrazarlas como lo hice yo antes”, concluyó.
Los seguidores en redes sociales de Márquez mostraron otro video casi completo del recorrido de ambas mujeres por la residencia, en el que se ve cómo la vicepresidenta saliente le presenta distintas personas a la entrante, sin saludar a ninguna de ellas. Con eso intentaron explicar que el gesto no fue solo con las empleadas domésticas de la residencia oficial.