Brigitte Höss ocultó su verdadera identidad durante toda su vida. Es la hija de Rudolf Höss, quien fuera comandante en el campo de refugiados de Auschwitz, donde se encerró a cientos de miles de judíos y se ejecutó a más de un millón de deportados y decenas de miles de gitanos durante la Segunda Guerra Mundial.
Con un gran conflicto interno tras descubrir las atrocidades que cometió su padre, conocido como el “animal de Auschwitz”, Brigitte mantiene que lo que recuerda de él es que “parecía el mejor hombre del mundo, siempre dulce y amable con quienes le rodeaban”.
Höss, que reside en el norte de Virginia, confiesa haber temido muchas veces por su vida, por lo que decidió ocultar sus orígenes. “Hay gente muy loca por ahí. Podían quemar mi casa o disparar a alguien de mi familia”, le dijo a The Washington Post hace algunos años.
Casi toda su vida la ha dedicado a la moda. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, huyó de Alemania para empezar una nueva vida en España, donde trabajó como modelo durante tres años para la exitosa casa de moda Balenciaga. En 1961 se casó con un ingeniero americano irlandés que trabajaba en Madrid. Cuando ella le confesó el secreto que tanto quería ocultar, su marido la comprendió y le dijo que “era tan víctima como cualquiera”.
Se pusieron de acuerdo para no volver a hablar nunca más de este asunto. Su trabajo les llevó a Liberia, Grecia, Irán y Vietnam antes de mudarse -junto con sus dos hijos- a Washington en 1972. Allí se dedicó en cuerpo y alma a trabajar en una ‘boutique’ que se encargaba de diseñar los trajes de boda para las mujeres de congresistas y senadores.
Brigitte y su esposo se divorciaron en 1983, y hoy vive junto a su hijo y sus nietos, a los que aún no ha querido contarles nada sobre su pasado por miedo a que carguen con ese peso que tanto sufrimiento le ha causado a ella.