La CIJ, la mayor instancia judicial de la ONU, decidió que “no había una frontera marítima pactada” y trazó una nueva línea fronteriza, satisfactoria para los intereses de Somalia. Kenia conserva una parte de la zona marítima disputada por ambos países, con una extensión de 100.000 km2.
Con esta decisión, se pone punto final al proceso iniciado en 2014 por Mogadiscio y que había alterado las relaciones ya de por sí convulsas entre estos dos países vecinos del África Oriental. El presidente de Somalia, Mohamed Abdullahi Mohamed, conocido como ‘Farmajo’, pidió el martes 12 de octubre por la noche a Kenia que “respete el derecho internacional” y renuncie “a sus ambiciones”, durante un discurso televisivo.
‘Farmajo’, que presentó esta disputa marítima como “el epicentro” de las tensiones, defendió que la decisión de la CIJ representa “una oportunidad para reforzar las relaciones entre los dos países y la colaboración entre pueblos vecinos”.
Kenia, antes de esta sentencia, había acusado a la CIJ de parcialidad y había dicho que no reconocía las competencias del tribunal, creado en 1946 para resolver los diferendos entre Estados miembros. Las autoridades kenianas no reaccionaron.
Con información de AFP.