Condenaron a la exenfermera del difunto presidente venezolano Hugo Chávez por lavado de dinero. La mujer aceptó millonarios sobornos de un magnate de los medios de comunicación para que aprobara transacciones de divisas cuando fue directora de la Oficina Nacional del Tesoro.
Un jurado en Fort Lauderdale, Florida, deliberó apenas unas cuantas horas para declarar culpables a Claudia Díaz y su esposo, Adrián Velásquez, de cinco de los seis cargos detallados en el acta acusatoria en la que se les imputó haber aceptado sobornos por al menos 4,2 millones de dólares.
Según informó la agencia de noticias Associated Press, pareja que será sentenciada en febrero, enfrenta un máximo de 20 años de prisión por cada cargo penal.
No obstante, este jueves en un comunicado del Departamento de Justicia de EEUU, se dieron más detalles del esquema criminal de Díaz y su marido. Según los documentos judiciales, Díaz y Velásquez aceptaron más 100 millones de dólares en sobornos de Raúl Gorrín Belisario.
El juicio de la pareja era considerado una prueba crucial de la capacidad de la fiscalía federal para hacer que personas señaladas como cleptócratas venezolanas rindieran cuentas por sus acciones indebidas en la nación petrolera.
El Departamento de Justicia ha investigado enérgicamente la corrupción en el gobierno de Venezuela, al aprovechar la postura única de Estados Unidos como el destino favorito hasta fecha reciente de allegados al régimen venezolano para guardar sus fortunas mal habidas.
Según la acusación formal, la pareja recibió pagos de parte de compañías controladas por Raúl Gorrín - un magnate de los medios que actualmente se encuentra prófugo - en cuentas en Miami que supuestamente fueron usadas para financiar la lujosa vida de la pareja, que era inexplicable fuera de este contexto.
El caso del gobierno se sustentó en buena medida en el testimonio de uno de los predecesores de Díaz en la Oficina del Tesoro: Alejandro Andrade, quien declaró desde el estrado como testigo que con Díaz continuó funcionando el acuerdo de pagos ilícitos que él había concertado en un principio con Gorrín.
Al igual que Díaz, Andrade, un exagente de seguridad presidencial, sacó provecho de su relación personal con Chávez para ascender en el ejército y en la política venezolana, amasando una enorme fortuna casi de la noche a la mañana.
Salió de la cárcel en 2021 luego de cumplir menos de la mitad de una sentencia de 10 años por su participación en un ardid para desviar millones de dólares de las arcas del Estado.
Como parte de su acuerdo con la fiscalía, renunció a más de 260 millones de dólares en efectivo y activos, incluyendo una mansión frente al mar en Palm Beach, vehículos de lujo, caballos de exhibición y varios relojes Rolex y Hublot.