Una mujer de 30 años, de nombre Lauren Afat, decidió vengarse de la dueña del spa en donde trabajaba después de que esta decidiera despedirla inconforme con el trato que la chica les daba a sus clientes. El hecho ocurrió en Yorkshire, Inglaterra.
El local ‘’The Potting Shed Spa’', situado en la localidad de Battely, Yorkshire, es dirigido por Sam Pearce, quien en el año 2019 había decidido dar entrevistas laborales para contratar a personal que atendiera su spa.
Según fuentes del medio Examiner Live, la mujer había quedado conforme con la entrevista que le dio a Lauren y había procedido a contratarla. De esta manera, la joven fue instruida por Pearce en el manejo del programa con el que agendaban los turnos de los clientes, sin percatarse de las nefastas consecuencias que esto tendría en un futuro.
Para sorpresa del personal del spa, al segundo día la muchacha empezó a tener conductas inapropiadas, por lo cual eventualmente decidieron despedirla.
“En su segundo día de trabajo, se comportó de forma errática y hubo una serie de problemas que dieron lugar a que la propietaria iniciara una reunión de personal y luego resolviera echarla”, declaró la fiscalía a cargo del caso.
Luego de ser despedida, Afat entró a través de su celular al sistema interno del spa haciéndose pasar por otro trabajador y procedió a borrar 211 turnos de clientes que tenían reservada su visita al spa.
Pearce dijo que, producto de la ‘’picardía’' de la ex empleada, debió cerrar el local durante dos días. La dueña del The Potting Shed Spa también confesó que el incidente le provocó una absoluta devastación, humillación y vergüenza.
“La dueña tuvo que llamar por teléfono a los clientes para volver a agendar sus citas y también averiguar si se habían borrado otras” señaló la fiscalía.
Lauren fue enviada a juicio, llevado a cabo por el tribunal Leeds Crown Court. La corte acusó a la joven de cometer una ‘’venganza sofisticada’'.
“Usted eligió ocultar su identidad y poner la sospecha sobre otra persona. Usted estaba claramente motivada por la venganza” le indicó indicó el juez Simon Batiste.
Finalmente, Afat se declaró culpable y fue sentenciada a 250 horas de trabajo comunitario y 15 días de “actividades de rehabilitación’'. De no cumplir con la sentencia instaurada, esta podría agravarse.
A pesar de las declaraciones de Sam Pearce, las autoridades no pudieron determinar si la venganza de Afat provocó el eventual cierre del spa.