La canciller argentina, Diana Mondino, lanzó una advertencia sobre las elecciones presidenciales en Venezuela, instando a que la jornada “termine en paz” y subrayando que sería “triste tener que denunciar violación de las leyes nacionales e internacionales por parte del régimen” de Nicolás Maduro, quien busca una nueva reelección.
Mondino, encargada de las relaciones exteriores en la gestión de Javier Milei, expresó en la red social X: “El mundo está mirando. Digamos ¡basta! a los atropellos. Venezuela merece un futuro sin violencia y con crecimiento”.
Estas declaraciones surgieron mientras avanzaba la jornada electoral en Venezuela. El régimen chavista difundió supuestos datos boca de urna, otorgando a Maduro una ventaja de 21 puntos, datos que provendrían de la inexistente firma “Lewis and Thompson”.
Este resultado contrasta con las principales encuestadoras de Venezuela. El candidato opositor, Edmundo González Urrutia, de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), también se manifestó al respecto, instando a la calma y a respetar la normativa, pese a los falsos datos circulantes.
Desde la madrugada, venezolanos residentes en Buenos Aires se congregaron en la embajada venezolana para votar, llevando banderas y entonando el himno nacional. A pesar del frío y la noche, los primeros votantes llegaron alrededor de las 5 de la madrugada.
Adriana Flores, jefa de campaña local de la oposición, criticó las restricciones que limitan el voto de los venezolanos en el extranjero, afirmando que solo el 1% puede votar y acusando al régimen de desincentivar la participación electoral.
Actualmente, Venezuela tiene una población de aproximadamente 29,4 millones de personas, de las cuales 21,4 millones estaban habilitadas para votar en estas elecciones, tanto dentro como fuera del país.
Sin embargo, debido a los requisitos impuestos por el régimen, solo 69.211 venezolanos en el exterior pudieron sufragar, una cifra menor comparada con elecciones anteriores. Esto representa una fracción de los aproximadamente ocho millones de venezolanos que han emigrado, según la ONU, aunque el régimen de Maduro reduce esta cifra a dos millones.