Nuestro protagonista lleva un estilo de vida monitoreado por 30 médicos para reducir su edad biológica. Además, según relató, ha gastado millones para analizar sus tendones, ligamentos, cerebro, corazón y páncreas. El día a día de Bryan Johnson (46) repercutió a nivel mundial, volviéndose viral para el resto de los mortales, ante un hombre que hasta mide las erecciones nocturnas como parte de un marcador biológico.
Según trascendió, el estadounidense toma 60 pastillas por día, tiene 30 médicos que lo monitorean diariamente, se somete a sesiones de láser facial y a transfusiones de su hijo para tener sangre renovada, recolecta sus propias muestras de heces para estudiarlas y duerme con un pequeño dispositivo adherido a su pene para monitorear sus erecciones nocturnas como marcador biológico de edad para su función sexual y cardiovascular.
EL HOMBRE BICENTENARIO
Desde Infobae entrevistaron a Bryan Johnson, un millonario norteamericano excéntrico que, a través de sus redes, marca tendencia como un influencer de la longevidad. Claro está que a Johnson nada de lo practicado en su rutina diaria le da pudor. Por el contrario: la arquitectura de longevidad que diseña destroza cualquier comentario de la mirada ajena.
Johnson dedica cada minuto de su vida a vivir más tiempo. “Realmente todo surgió de un experimento mental de intentar transportarme en el tiempo al Siglo XXV e imaginar que estaba hablando allí y donde me preguntaban qué hacíamos a principios del siglo XXI para no morir”, comenzó diciendo el estadounidense en la entrevista.
“Ocurre, que ahora, en la época en que vivimos, es el momento en que el homo sapiens pasa de la muerte inevitable a la incertidumbre. Simplemente no sabemos cuánto tiempo y qué tan bien podemos vivir en esta nueva era del potencial humano. Realmente la idea es no morir o que todos no morimos a diario”, agregó “el hombre que quiere vivir para siempre”, según lo definió la revista TIME.
AL OTRO LADO DEL CAMINO
Bryan manifestó también que ahora, mira a ambos lados de la calle antes de cruzarla: “Me abrocho el cinturón de seguridad al conducir y me he vuelto realmente bueno para no morir. Me he convertido en la persona más mesurada de la historia de la humanidad al descubrir todas las formas en que mi cuerpo muere a diario y luego minimizo eso”.
A diario, Johnson observa cuidadosamente y mide todas sus reacciones bioquímicas: “Mis tendones, ligamentos, mi cerebro, mi corazón, mi páncreas, todos mis órganos. He gastado millones de dólares en este proyecto y he puesto toda la información a disposición de forma gratuita para que todos puedan hacerlo por sí mismos. Realmente estoy tratando de cambiar el curso de la historia humana, de modo que podemos pensar en la segunda esperanza de vida radicalmente extendida”.
“FOREVER YOUNG”
Como si se tratara de una canción de Alphaville, Johnson tiene un objetivo claro: vivir muchos años. Aun así, hablar hoy de 100 años es una tendencia que se ha vuelto más común, sobre todo en las llamadas Zonas Azules, donde la longevidad sucede en todo su esplendor, según detalló Infobae.
Sin embargo, el hombre manifestó en otros reportajes que quiere vivir más allá de los 200 años. Para dicho fin realiza un exhaustivo, complejo y costoso plan de vida, que incluye el monitoreo permanente del funcionamiento de su cuerpo, incluso cuando duerme, de la renovación de su propia sangre, de los múltiples tratamientos estéticos y dietarios para sentirse más joven y el control de tres decenas de profesionales que cuidan todos los días de él las 24 horas.
Quienes están cerca de suyo, señalaron que impresiona tenerlo cerca. Sobre todo cuando la luz del sol pega y deja ver su cuerpo blanco, “como traslúcido”, según relataron sus “más cercanos”, argumentado que suelen ver a Johnson con las venas de sus brazos que se resaltan más de lo normal.
“BLUEPRINT”
El objetivo de este millonario se trata de un sistema de extensión de vida que él mismo patentó y llamó Blueprint, en el que subcontrata cada decisión que involucra su organismo a un equipo de médicos, quienes usan datos para desarrollar un estricto régimen de salud para reducir lo que Johnson llama su “edad biológica”.
Todo estilo hace para “recuperar” su juventud y tener un cuerpo y órganos de 18 años, y no de sus 46 que su documento de identidad indica.
UN DÍA A LA VEZ
“Estoy bastante ocupado”, manifestó a Infobae Bryan cuando se le preguntó cómo es su día a día. “Soy un atleta de rejuvenecimiento profesional a tiempo completo. También estoy construyendo algunas otras empresas al mismo tiempo”, señaló el norteamericano.
Y agregó: “Me despierto a las 5:30 de la mañana. Hago una hora de ejercicio. Hago algo de meditación y terapia de luz roja. Ingiero diariamente unos cuantos kilos de verduras. Tomo 60 pastillas diariamente. También trabajo durante varias horas y luego voy a algunas citas con el médico para hacer algunas resonancias magnéticas y pruebas de condición física. Me acuesto a las 20.30 todas las noches y nunca fallé en eso”.
Además de dormir 8 horas, Johnson no solo se pesa en una balanza como hace mucha gente. El hombre también mide su índice de masa corporal, su nivel de hidratación, su grasa corporal y su velocidad de onda del pulso.
Luego de una serie de pastillas, el multimillonario también monitorea cada vez que se levanta el dispositivo que usa en su pene mientras duerme para medir sus erecciones nocturnas: “Tengo, en promedio, dos horas y 12 minutos cada noche de erección de cierta calidad. Para tener 18 años, deberían ser tres horas y 30 minutos. Las erecciones nocturnas son un marcador biológico de edad para su función sexual y cardiovascular”.
Tras ello, a las 6 de la mañana baja a desayunar bajo un estricto control dietético y de ejercicios que incorpora diariamente.
VIDA O SACRIFICIO
“Cuando la gente me ve, simplemente no lo entiende y piensan que debo sentirme miserable. Nunca he sido más feliz en toda mi vida. Entonces, simplemente cambiando el marco y entendiendo que soy un atleta, estoy rindiendo lo mejor que puedo en la cancha, en este caso, ya sabes, no muriendo. Pero sí, nunca he sido más feliz. Así que es sólo que la gente está tratando de entender esta nueva forma de vida que estoy haciendo y muchas veces se confunden”, detalló Johnson.
El hombre que primero experimentó la transfusión de sangre con su padre aseguró que “tuvo un efecto muy positivo y funcionó en mi papá”. Aunque luego reflexionó: “No funcionó en mí”. Por ende recurrió a su hijo, al asegurar que “es una oportunidad interesante, especialmente para las personas que se encuentran en las últimas etapas de la vida. Por eso creo que es una terapia realmente prometedora. Estoy muy feliz”.
Cabe destacar que Johnson publica todas sus mediciones biológicas por Internet, desde su frecuencia cardíaca en reposo hasta su índice de placa e imágenes de sus intestinos tomadas con una “cámara del intestino delgado”, y millones de personas han visto sus videos de YouTube sobre su régimen de ejercicios y experimentos terapéuticos.