Al menos una persona murió en las dos explosiones registradas el miércoles en distintas paradas de autobuses de Jerusalén. Se trata de un hombre, gravemente herido en uno de los dos atentados, que falleció en el hospital Shaare Zedek, donde había sido ingresado.
Otras 14 personas resultaron heridas en esas explosiones, calificadas de “ataques” por las fuerzas de seguridad. Una explosión en una parada de autobús a la salida de Jerusalén hirió a 12 personas. Otra explosión, en una estación de autobuses, destruyó un vehículo, hiriendo a tres personas más.
Cuando la Policía acudió al lugar de la primera explosión, se escuchó una segunda deflagración a una corta distancia. Por su parte, el movimiento palestino islamista Hamás, que controla la Franja de Gaza, “saludó” los atentados sin reivindicarlos. Es el “precio de los crímenes y de las agresiones” de Israel contra el pueblo palestino, dijo Hamás en un comunicado.
La Policía busca a posibles sospechosos en las zonas afectadas, ha cortado varias vías de acceso a Jerusalén y sospecha que se trató de un “ataque terrorista”, lo que sería el primero de esta índole en Jerusalén en años. Según concretó, una primera inspección en los lugares de las explosiones “muestra que se colocaron diferentes cargas explosivas en ambas escenas”, en lo que indica “un posible ataque combinado”.
Ante lo sucedido, el primer ministro saliente, Yair Lapid, convocó una reunión de seguridad a las 12:00 hora local para tratar la situación.