El Parlamento israelí aprobó este jueves su disolución y convocó nuevas elecciones para noviembre, dando por terminado un período de poco más de un año de un Ejecutivo compuesto por partidos de todo el arco político.
La caída del actual Gobierno, hasta ahora encabezado por Naftali Benet, implica que el actual ministro de Exteriores, Yair Lapid, se convertirá en primer ministro en funciones hasta la formación de la próxima coalición gubernamental.
La decisión de disolver el Parlamento fue aprobada por 92 de los 120 diputados que lo componen y por la profunda crisis entre las facciones de la coalición. Las diferencias entre estos partidos limitaron seriamente el funcionamiento del Gobierno, que en los últimos meses atravesó múltiples crisis y renuncias de sus miembros, perdiendo incluso la estrecha mayoría con la que contaba.
Así, Israel atravesará por sus quintos comicios en menos de cuatro años, extendiendo una profunda crisis política que comenzó a fines de 2018. Con su disolución hoy, la Knéset (Parlamento) concluyó una convulsionada semana en la que varios intentos de llevar a cabo esta votación fueron frustrados por trabas burocráticas y desacuerdos entre los distintos partidos.