Irán detiene a sospechosos de envenenar niñas en escuelas

Tanto el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, como el presidente, Ebrahim Raisi, sostienen que estos envenenamientos son parte de una conspiración orquestada desde el extranjero.

Irán detiene a sospechosos de envenenar niñas en escuelas
El gobierno iraní comenzó una investigación por la cantidad de casos en los que arrojan gas tóxico a escuelas de niñas, dejando a decenas de intoxicadas en las últimas semanas.

El Gobierno de Irán ha anunciado este martes que varias personas han sido detenidas por su presunta responsabilidad en los envenenamientos sufridos por alumnas de varios colegios del país, considerados por Teherán un complot orquestado por países “enemigos”.

El viceministro del Interior, Majid Mirahmadi, ha explicado que la investigación sigue abierta y que, por ahora, se han realizado arrestos en al menos cinco provincias, sin entrar en detalles en cuanto a cifras, según la agencia de noticias Mehr.

Tanto el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, como el presidente, Ebrahim Raisi, han considerado estos incidentes parte de una conspiración orquestada desde el extranjero. Las alumnas sufren principalmente problemas respiratorios, náuseas y mareos. Los primeros envenenamientos se denunciaron hace más de dos meses en una escuela ubicada en Qom, capital de la provincia homónima, pero desde entonces se han extendido a otros puntos del país.

Jamenei, que se ha pronunciado esta semana por primera vez sobre estos casos, ha manifestado que los envenenamientos son “un crimen imperdonable” y ha abogado por “castigos duros” contra los responsables de estos sucesos, que han desatado una importante alarma a nivel nacional luego de que las protestas de mujeres por la muerte de una joven luego de ser detenida por llevar mal puesto el velo islámico cesaran.

El gobierno iraní afirma que se trata de una operación de los servicios de inteligencia occidentales, ya que una escenificación similar sufrieron los sirios en varias ocasiones, luego de que el presidente de ese país, Bashar Al Assad, se negara en 2010 a que un gasoducto pasara por su territorio.

El proyecto era de EE.UU., que había invadido Irak y Afganistán con el propósito de hacerse de sus recursos petrolíferos y de supervisar “más de cerca” a su socio comercial, Arabia Saudita, que posee la mayor reserva de crudo del mundo. El gasoducto llevaría energía desde Oriente Medio hacia Europa, con lo que le quitaría a Rusia la hegemonía que estaba construyendo con los Nordstream junto a Alemania. Al Assad, socio y aliado histórico de Rusia, se negó a este proyecto y desde entonces, Siria sufre una guerra de desgaste interno en la que ha habido montajes de ataques químicos e intoxicaciones masivas para responsabilizar al presidente y derrocarlo. A casi 13 años del comienzo de este conflicto, Al Assad continúa al frente del país con gran apoyo popular.

La investigación está en marcha y las autoridades iraníes prometieron duros castigos a los responsables.

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