El pasado domingo, un joven homosexual fue asaltado por agresores en la entrada de su casa en Madrid, España. La víctima de 20 años recibió insultos y varias heridas de arma blanca al grito de “maricón”, palabra que le grabaron además en el glúteo a cuchillo. La policía investiga el caso como un presunto crimen de odio.
Según destaca El País, el muchacho volvía a su domicilio en la tarde cuando ocho personas “con el rostro cubierto se le acercaron corriendo” y lograron entrar detrás de él en la puerta, donde lo acorralaron, lo insultaron y lo amenazaron con una navaja.
Fue agredido verbalmente con insultos como “comemierda”, “maricón” y “asqueroso”, siempre según su testimonio, mientras le produjeron dos cortes, uno en el labio inferior y otro en uno de los glúteos, donde le escribieron “maricón”. La víctima acudió a la comisaría del distrito centro a presentar una denuncia.
La policía, que no ha revelado la calle donde se produjo el caso, está investigando esta agresión como un delito de odio. El caso supone una escalada en este tipo de agresiones, al ser a pleno día y por parte de encapuchados. “Es la primera agresión de este tipo de la que tenemos constancia”, subraya la portavoz. Los investigadores están revisando las cámaras del lugar y tomando declaración al joven para dar con la identidad y el paradero del grupo agresor.
Rubén López, coordinador del Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia de la asociación Arcópoli, aún no se lo puede creer, a pesar de que ha hablado con la Policía Nacional y Municipal y con la Delegación del Gobierno.
“Estamos en estado de shock, en un primer momento no nos podíamos creer que fuera solo homofobia, pensábamos que podía ser un ajuste de cuentas, algo más, pero parece que sí lo es. De ser así, es terrible, es lo más duro que he visto en Madrid en mis seis años al frente del observatorio y en mis 17 de activismo”, confiesa López, que subraya el hecho de que las heridas se las hayan producido en puntos claves del cuerpo relacionados con la sexualidad gay, como a Federico García Lorca, que “también le dispararon en el culo”. “Este mensaje de odio es tremendo, brutal”, añade.